jueves, 26 de abril de 2007

Periodismo Mercenario

Por: Luciano González Sequea

N.R. La presente reflexión salió publicada en la edición 23, de la revista CIERTO, de julio agosto de 2001. Por considerarla de interés y porque su contenido es muy similar a lo que está aconteciendo en muchos medios alternativos, como la televisión, lo publicamos en nuestro blog.

La historia del periodista-empresario, en le deporte, se inicia en 1976 con Wbeimar Muñoz y su programa “Wbeimar lo dice”. Fue el grito de independencia económica de un cronista del deporte. Fue la apertura de una válvula que buscaba gambetear los salarios de miseria que imperaban en la crónica deportiva.

Años más tarde, Oscar Restrepo Pérez y Pastor Londoño Pasos descubrieron que se podía hacer empresa con el periodismo deportivo.

Desde Todelar empezó a gestarse esa figura del periodista deportivo-empresario. Y desde allí, la propia compañía, Todelar, se dio cuenta de los beneficios del esquema. Obvio: Todelar se economizaba costos en su nomina y de paso el periodista “ajustaba” su salario con el consabido “cupo”. Era un buen negocio para todos; bajaban la nomina, las prestaciones de ley, las cotizaciones al Seguro Socia, etc. El periodista no se moría de hambre porque disponía de un dinero extra proveniente de la publicidad que él mismo vendía. El asunto no era malo porque el cronista deportivo aprovechaba su influencia, su rol de ídolo y vendía su imagen. Ningún pecado hasta ahí. Era una relación normal, de tipo empresarial, donde en ningún momento se traspasaban los linderos del periodismo. Pero las complicaciones vinieron cuando los medios de comunicación, radio especialmente, vieron tan bueno el “negocio” que ya extendieron el “privilegio de vender” a todo el mundo. Locutores, controles y hasta los porteros de las emisoras tenían la prebenda del cupo. Llegó un momento en que una empresa radial decía por boca de sus flamantes ejecutivos: ”quien venda, viaja a tal evento”. Y no se les caía la cara de la vergüenza. Echaron a un lado la capacidad del periodista por los resultados económicos.

Lo grave es que este es el esquema dominante hoy. Ya no miden cuantos radios enciende un buen periodista. Sólo importa cuánto puede vender.

En ese orden de ideas, el periodismo se ha convertido en un bazar de oferta y demanda. No importa que el periodista se llame Wbeimar, Santy, Gustavo o Arley…, su capacidad no vale, pues lo importante es lo que produzca ese individuo mensualmente. Lo peor, cuánto puede vender. ¡Y tiene que vender, usted señor periodista deportivo !. “usted tiene que financiar su propio espacio, porque los vendedores de la empresa andan “ocupados” ofertando los noticieros, los musicales, y otras cosas” que, según las empresas, son más rentables que los programas o las trasmisiones deportivas.

Ha llegado a tal punto la presión sobre los periodistas deportivos, que las grandes cadenas (CARACOL y RCN), van eliminado el “periodista-empleado” , y simplemente venden espacios Y transmisiones. Me explico: Sus programas diarios y sus transmisiones valen equis suma; quien los pueda pagar se encarga de los mismos. Viene la parte ética del periodista: Si éste sabe conservar su distancia ante los compradores de pauta o anunciantes no pasa nada. Caso Wbeimar.

Pero cuando se va a solicitar dicho aviso publicitario con el dejo lastimero de muchos (por ejemplo “ayúdeme que estoy colgado con el pago del arriendo”) , ahí sí el periodista pierde su calidad. Pasa a ser un vendedor, y mientras más venda y más se arrastre como un mendigo es considerado el “chacho” de la empresa.

Lo peor de todo es que cada día el periodismo cae en manos de mediocres cuyo único merito es vender cuñas.
Otro capitulo es cómo la venden: Rogando, implorando, casi llorando ( unas veces sin el casi). Sin un mínimo de dignidad y, obviamente, olvidando postulados éticos, porque lo importante es vender.

Ahora cabe una pregunta: ¿ El periodista-empresario es algo bueno o es malo? . Es bueno cuando el periodista no olvida su profesión. Cuando mantiene su independencia crítica. Cuando oferta por una cuña para su programa, sin comprometer su función. Es decirles simplemente un cliente: te ofrezco mi programa que tiene tal sintonía, que llega a tanto público, para que anuncies tu producto. Hasta ahí.

Cuando empieza a rogar por la “cuñita”, a sobar la chaqueta del potencial comprador, ya se perdió el respeto. Es el instante en el quien va a comprar comienza a mirar por encima del hombro, a recriminar ( “Cómo le das de duro a Nacional, que es el equipo. ¡Mérmale!”).

Llegan a limitar la libertad del periodista: “Te escuché hablando tan mal de Juan Pablo Montoya. ¡ No fregués, estás muy equivocado!”. Y termina el eventual comprador de la cuña publicitaria, con una frase muy manida: “voy a ver como te puedo ayudar”. Al otro día, ya el periodista convertido en vendedor, cambia su criterio: “Qué maravilla es Nacional”, “ ese Juan Pablo Montoya es el mejor automovilista del mundo”. Allí no se puede hablar de un periodista. Esta es una persona que cambió su rol esperando que le llegue la salvadora cuña. Si la logra la empresa sólo acata a decir: “Fulanito de tal es un verraco periodista, tiene 50 cuñas en el programa”. Pero, y se habrán preguntado: ¿ cuántos oyentes tiene?

martes, 24 de abril de 2007

Etica y Verdad: ¿Pilares del periodismo?

( Reflexión acerca de la verdad y la ética en el periodismo colombiano y su papel en el momento de crisis actual)

" La verdad puede, es cierto, tenerse sobre un pie: pero sobre
dos marchará y hará caminos"
(F. Nietzche)

" Un periodista puede mentir y seguir siendo humano,
pero dejará, de modo automático, de ser periodista"
( Juan José García Posada- El Colombiano)

"Sin altos ideales éticos un periódico no sólo queda
desprovisto de sus espléndidas posibilidades de servicio
público, sino que puede convertirse en un serio peligro
para la comunidad"
( Josepth Pulitzer)

Por: Roosevelt Castro B §

La verdad 1y la ética son asuntos inagotables. Desde sus conceptualizaciones hasta "sus puestas en marcha" surgen una serie de dificultades en todo sentido.
Desde el pensamiento helenístico hasta nuestros días de globalización cultural, dada por los grandes avances tecnológicos, como la Internet, ha sido tema de discusiones acaloradas, que en vez de polarizar sus conceptos, más bien, los enriqueció.

El profesor Arturo Giraldo, en su curso de contexto "Periodismo 1", no se quedó al margen y nos cuestionó al respecto:

¿ El periodismo ..para qué? o mejor ¿Cuál es la responsabilidad ética del periodismo?. El interrogante surgió a raíz de la presentación de una reflexión acerca de un problema que tuviera que ver con el periodismo y cuyo enfoque se direccionó a una reflexión realizada acerca del texto "yo acuso" del periodista francés Emile Zolá.

A ojos vistas el problema planteado pareciera tener solución en este texto de Zolá, pero hay otras preocupaciones subyacentes en ello y ya lo habíamos indicado que: "..la verdad y la ética son asuntos inagotables. desde sus conceptualizaciones hasta "sus puestas en marcha" surgen una serie de inconvenientes..." por ello hay que mirar con una "perspectiva histórica" nuestro problema de la verdad, para entenderla en el marco de crisis institucional de nuestro país2, articulado ello, también, al interrogante planteado por el profesor Giraldo y que tiene que ver con nuestro quehacer ético.

PERSPECTIVA HISTÓRICA DE LA VERDAD.

Una mirada macro acerca del problema de la verdad en la cultura occidental, nos la muestra el investigador Daniel Boorstín en su texto titulado " Cazadores de la verdad "3, para entenderla en esa perspectiva histórica que hemos querido darle a nuestro problema.
Ya el profesor Arturo Giraldo nos había indicado que, ante lo inaprehensible de la situación, le hiciéramos una mirada tangencial y sucinta acerca del problema de la verdad en el marco de la cultura de occidente.

Boorstín dice que estamos atrapados entre dos eternidades: "...el pasado que se esfumó y el futuro que se desconoce.." 4 por ello el hombre nunca deja de indagar acerca de su comportamiento y su rumbo.

"Es que enfrentarse al problema de la verdad, es enfrentarse al problema del conocimiento”, es la afirmación que hace el filosofo Hispano Sergio Rábade5

Pero, volviendo a Boorstín, y articulándonos a la perspectiva genérica que hace acerca de la verdad podemos indicar los tres grandes estadios por los que ha pasado nuestra cultura occidental en su búsqueda.

El primero es la herencia - casi que heroica, como lo indica Boorstín - de los investigadores individuales inspirados en los profetas y los filósofos. La cosmovision primordial de los profetas no sólo estaba ha " ser simples vaticinadores del futuro sino ser reveladores del propósito de Dios.."6. En él - o sea en Dios - estaba inscrita la verdad y a él se debía obediencia, dada especialmente por la ley mosaica de los mandamientos.

La segunda gran época de indagación acerca de la verdad no se buscó el propósito en la visión individual de los profetas, ni en la razón del hombre, se apeló más bien a éste en sociedad.
Este quiebre de lo individual y personalizado en la cosmovisión profética a lo colectivo se empezó a jalonar desde finales del siglo XIV, cuando surge en Europa del oeste el movimiento humanístico de "El Renacimiento" y coadyuvado por los grandes descubrimientos territoriales, incluyendo el de América.

La civilidad, lo colectivo empieza a " tener sentido”, ese espíritu de búsqueda - según Boorstín- sin fanatismos ni ortodoxia, construyó la civilización y enriqueció la humanidad7

Como resultante de "Su" manera de racionalizar "su" cosmovisión, la cultura occidental tuvo que abdicar, por así decirlo, el control de su propio futuro en favor de las "fuerzas históricas”. Vale decir: las fuerzas de la historia dominan el devenir humano y se convirtieron, de alguna manera, en "las nuevas profetas”. Según lo indica Daniel Boorstín: " ...las ciencias sociales y humanas -como la historia, agregaríamos nosotros - asumieron el antiguo papel de los profetas: el de la predicción..." 8

Este sería el tercer estadio del que habla Boorstín acerca de " la búsqueda de la verdad " por parte de la cultura occidental.

ZOLÁ : UN INTELECTUAL COMPROMETIDO CON LA VERDAD

En este último contexto surge el escritor Francés Emile Zolá, a quien dedicaremos buena parte de esta reflexión, pues consideramos que nos da buenas luces acerca de nuestros problemas: la ética y la verdad.

Zolá enfatiza la ética en el periodismo como "La verdad está en marcha".

Cien años después de la aparición del "Yo acuso", en la primera plana de "Le Fígaro" de París, el artículo del escritor y periodista Francés mantiene vigencia como una producción ejemplar de crítica independiente y del compromiso de un intelectual con la causa de la verdad y la justicia (ese debe ser del periodista).

Este valeroso comentario de Zolá en defensa del capitán del ejército Francés Alfred Dreyfus, reo del delito de traición por su condición de judío, ofrece hoy en día una importante reflexión a periodistas y lectores.

Esta denuncia histórica en contra del racismo de Zolá sirvió para mostrar el grado de corrupción a que había llegado la justicia francesa del siglo pasado.
El escritor galo dejó constancia de su indignación por la condena y deportación a Cayena del presunto espía Alfred Dreyfus, un capitán, de origen judío y descendiente de una familia de Alsacia, que fue sentenciado a cadena perpetua en 1894, sin que hubiera pruebas suficientes para el veredicto. Dos años después del fallo, su inocencia quedó demostrada, pero algunos de los estamentos políticos de la sociedad francesa no admitieron su error.

Zolá murió envenenado (¿será que la verdad "envenena?”) dejando éste legado interesante para nuestro quehacer diario 9


EL PROBLEMA DE LA VERDAD EN EL PERIODISMO COLOMBIANO: ¿ UN ASUNTO ÉTICO?

Pero, y volviendo al interrogante inicial, ¿cuál sería, entonces, la responsabilidad ética de la comunicación?.

A este interrogante surgen otros: ¿Es posible la "construcción" y la aprehensión de la verdad? ¿Conviene decir la verdad en este país salpicado por la violencia? ¿Qué papel desempeñan los medios en el momento de crisis actual?.

Jesús de Nazaret decía hace más de 20 siglos: "La verdad os hará libres". Para lograr "ser libres" debemos encontrar esa verdad inter-subjetiva. , es decir esa verdad que habita en cada uno de nosotros y ayudarla a "construir". No una verdad sesgada por el miedo o dada por las "clases hegemónicas", vale decir: Gobierno, militares, grandes grupos macro-económicos que "gobiernan" los diferentes medios de comunicación y por ende "la verdad".

Quiero compartir con ustedes esto que decía el periodista Luis Alirio Calle, en el seminario "Comunicaciones hacia el 2000" realizado por Cicrodeportes Antioquia en diciembre de 1994, y tomando a su vez al escritor Polaco Ryszar Kapuscinki: "... El periodismo es una profesión apasionante, es cierto, pero si sólo la mueve la emoción está lejos de cumplir su cometido, si a ésta sumamos el conocimiento, entonces el resultado puede ser realmente importante...".

"En medio de guerras y de revoluciones" - sigue el polaco- el periodista no puede quedar a la mitad, porque de manera automática está con alguno de los grupos involucrados, que están tomando partido, y debe también tomar partido, no puede ser testigo impasible, debe tener eso que en sociología se llama empatía. Es decir, tiene que identificarse con unos o con otros. La gente te observa cuando llegas a un país en conflicto, observan tu actitud, ve si te identificas con ellos, si compartes sus dolores, sus peligros, si entiendes sus problemas, si es así, ellos se abren, te tratan de ayudar, de explicar; pero si te ven con actitud fría, desdeñosa, como a alguien que se aleja de ellos, entonces se cierran y jamás podrías llegar a entender lo que está pasando allí, no podrías llegar al fondo. Para poner un ejemplo: Si estás digamos en la capital, pero la guerra se desarrolla fuera de ella y no hay manera de llegar al frente, nunca podrías conseguirlo a menos que sea con su ayuda, que es siempre voluntaria. Aquí no es cuestión de dinero, es simplemente que les gustas o no les gustas, y les gustan cuando sienten que lo que hacen, por lo que luchan y mueren, es también importante para ti. Si se te abren pueden sobrevivir sin dinero, sin nada, llegar a cualquier lugar, entrevistar a cualquier líder. Claro está que todo esto no fue hecho conscientemente por mí, que dijera: Bueno, voy a comunicarme con esa gente, a compartir sus dolores para que me lleven al frente. ¡No, no; , eso debe estar en el carácter del reportero.

Es como un proceso natural: empiezan cien por decir un número, y la verdad y la experiencia los van eliminando. Algunos no se sienten vinculados, apasionados o comprometidos, o les parece que es una vida muy peligrosa.

Porque para llegar a la verdad esta tiene que ser en verdad algo más importante que la vida, y sólo teniendo esta actitud es posible trabajar como periodista en países agitados y peligrosos"10

Hasta ahí Kapuscinsky. Quiero resaltar de la cita lo que plantea el hombre sobre el compromiso. Es que un periodista cuyo compromiso es sólo consigo mismo, está haciendo un negocio.

A ver, yo les digo, que creo, que independientemente de que merezcamos un sueldo bueno, nosotros tenemos que manejar estos con más criterio de entrega a la gente que a los poderosos, a la fama, al dinero. La comunicación social, especialmente la periodística, cada día pesa más sobre la sociedad. Si hay un manejo de ética, ello le dice a uno que es así. Yo les digo que yo no aspiro a enriquecerme con el periodismo. Si llega a sucederme que consiga dinero en virtud de esa profesión, les digo que eso sucederá sin el sacrificio de mi independencia, de mis ganas de servirle a la gente, sobre todo a la gente que tiene algo que perder frente a los factores o instancias de poder11

Y frente a la fama tengo el siguiente criterio: Gánatela, y que sus efectos surjan de que la gente te cree, y te busca porque tu ayudas a entender las cosas, ayudas a saber.

Para terminar, y generar el debate -aspiro a ello-, les quiero decir esto que había dicho el colega Luis Alirio Calle: " El servicio de información es como el servicio de acueducto, no basta con que le lleven el agua a uno a la casa; es fundamental que esa agua no me dé diarrea o amibiasis o cólicos o muerte". 12

A veces por el afán de "chiviar" 13, tener fama, ser estrellas, causamos con la información diarreas, amibiasis, cólicos o muerte.

Una última cosa, y acordándonos de Kapuscinski: Él dice que uno tiene que tomar partido. Puede que sí, pero ese partido no es propiedad de los liberales, de los conservadores, ni de los comunistas, ni de los guerrilleros, tampoco de los taoístas, ni de los católicos.

Los periodistas, más que tomar partido, debemos tomar parte, o mejor, hacer parte de.... ese proceso de transformación sinónimo de vida, de saber, de estar juntos, de que no nos dominen sobre todo con el miedo y el escándalo.

Sí, nosotros los periodistas "debemos ser" mediadores con la verdad; no "exclusivista" no "partidista", "no excluyente". Una verdad contrastada, es decir "mirándole todos los claroscuros de la realidad y desde diferentes perspectivas", para "contribuir a que las personas tengan una comprensión del mundo "14 como lo indicara el profesor Arturo Giraldo en su curso de contexto de " Periodismo 1" de la facultad de Comunicaciones de la Universidad de Antioquia, del segundo semestre del 2.000.

En resumen: La construcción de la verdad será posible desde la sumatoria de versiones que la hagan aprehensible y la convierten en un paradigma ético del ser humano y en especial de nosotros los periodistas.

LA VERDAD EN UN PAÍS EN CRISIS: ¿LA CRISIS DE LA VERDAD?

Pero.... a todas las consideraciones anteriores vale la pena preguntarnos: ¿Es posible la construcción de la verdad en los momentos actuales en que vive el país? O mejor dicho ¿qué papel desempeñan los medios de comunicación y el periodismo en sí, en el momento de crisis que vive Colombia?.

Parece paradójico, y aunque suene a perogrullada, lo cierto es que el papel de los medios de comunicación debe ser el mismo que en los momentos que no hay crisis y ese papel consiste en informar y en especial de formar criterios y una verdadera opinión pública.

Pero acá en Colombia, como en muchos países que abordamos los conceptos liberales incluyendo la manida "libertad de expresión, ese papel de informar no se cumple. Mejor dicho se cumple a medias, sufriendo tergiversaciones o cumpliendo con otras funciones diferentes como la agitación, la propaganda y el control. En otras ocasiones sesgado ese "libre derecho a informar y ser informado", consagrado en nuestra constitución política, por los grandes grupos macroeconómicos, o los brazos armados: Bien de los gobiernos de turno, o de la guerrilla, o de los grupos paramilitares.

Es que "decir la verdad" en este país es, hasta cierto punto, peligroso15. Bien lo decía el viejo aforismo anglosajón: "En las guerras la verdad es la primera víctima". Entonces...¿cuáles son las razones además de las anteriormente anotadas, por las que la prensa Colombiana ha sólido falsear y tergiversar la verdad?.

El periodista Bogotano Antonio Caballero cita algunas16:

".....las razones son varias: Unas inocentes y otras no", -arguye el prestigioso Columnista- y nos "recalca" entre las inocentes ("...o culpables por ser estúpidas") la preocupación por lo que llaman "La imagen":

"A causa de esa preocupación estúpida, no se deben publicar cosas que, aunque sean ciertas, puedan contribuir a dañar la imagen del país en el exterior o, en el interior, puedan contribuir al desprestigio de las instituciones”.

Como quien dice "estaríamos haciendo un periodismo institucional", no para la gente o mejor dicho para que la gente se piense. Tremenda falacia esa de estar al lado de las clases hegemónicas "quemándoles incienso" y ocultando toda la corruptela de las instituciones públicas ó la filtración de dineros del narcotráfico a las diferentes campañas tanto presidenciales, como parlamentarias o de otra índole.

"Esto huele a podrido", decía un vecino que se abstuvo de dar su nombre por el temor a represalias. Y es que ese temor cómplice es el que también ha logrado polarizar la verdad, pero más adelante nos ocuparemos de ello.

"...la intención deliberada de manipulación y engaño para favorecer a intereses políticos, económicos o sociales específicos, intereses que se suelen disfrazar de intereses patrióticos y con ese disfraz empieza ya el falseamiento culpable de la realidad... " 17 La anterior es otra de las razones que esgrime el periodista Antonio Caballero para que se tergiverse y falsee la verdad. Ya nosotros lo habíamos indicado cuando expresábamos que la verdad, y más que la verdad, el periodista y su verdad se ponían al servicio de las clases hegemónicas.

Estamos haciendo un periodismo no para convocar a la reflexión, poco o nulo en la crítica, demasiado farandulero o Light 18, donde lo más importante es la forma y no el contenido, donde es más importante el periodista que la información que está generando.

Un ejemplo de lo anterior es el "despliegue periodístico" que se le dio al vasazo de agua que le propinó el excandidato presidencial Antanas Mockus al otro excandidato Horacio Serpa Uribe, en la campaña presidencial de hace dos años en nuestro país.

Ya lo había manifestado el columnista Plinio Apuleyo Mendoza que "hechos como el anterior son noticia" y hace la siguiente reflexión: "... las propuestas para darle otro rumbo al país, para castigar el gasto público o enfrentar la subversión y la inseguridad, no tienen entre nosotros, definitivamente, mayor interés mediático. Su cubrimiento requeriría de un periodismo con cierta capacidad analítica para separar el grano de la paja de la retórica..."19

Seguimos navegando en el mar de la mediocridad o cegados por los Flashes de la fama, cosa que se nos antoja demasiado facilista y de poco valor ético.


GABO Y SU COMPROMISO CON LA ÉTICA

Hay un pecado capital que ronda en el periodismo: la soberbia. Muchos de los estudiantes que se matriculan en las facultades de comunicación social de las diferentes universidades del país padecen este mal.

El Nobel colombiano, Gabriel García Márquez, criticó muy duramente a las instituciones de educación superior que imparten el conocimiento de esta "región" del saber . Les hizo un llamado a la reflexión y al auto análisis para que repensaran en su " deber ser" (vale decir: en su componente ético), pues, según él, les han "apostado" más a la técnica y menos a la comprensión, a la formación y la interpretación misma de la realidad. Es decir: se ha perdido esa curiosidad por la vida.

A lo anterior se le suma las carencias en lo humanístico, lo contextual, lo sensible: " Se piensa que el único interés de los alumnos es del oficio como fin en sí, desvinculado de la realidad y de sus problemas vitales y que prima un afán de protagonismo sobre la necesidad de investigación y de servicio "20, como lo expresa el mismo Nobel colombiano.

Se ha sacralizado la palabra en manos de unos pocos llamados, ahora, comunicadores sociales-periodistas, en detrimento de la interdisciplina que posibilite, al menos, hacer aprehensible la realidad a muchos de los perceptores de sus mensajes. Han perdido su norte. La soberbia, el orgullo y la vanidad de poseer los "medios" los han cegado.

Otro de los pecados capitales, por así decirlo, es la falta de creatividad. Como el mismísimo Gabo lo indica: " ..mientras no se admita que el sustento vital del periodismo es la creatividad, y por valoración semejante a la de los artistas"21.

Romper el esquema, quebrar el paradigma, fusionar conceptos que parezcan inverosímiles, en fin: " salir del cascarón" es la manera más sencilla, y a la vez complicada, de ser creativos, pero estamos nadando en el mar de la mediocridad, del facilismo, del " todo está hecho" y " nada hay nuevo bajo el sol".

La vocación de servicio, la mística, el re-conocimiento del otro como elemento importante en su "quehacer diario" no lo tienen claro. " La deshumanización es galopante”, expresa el escritor de Aracataca (Magdalena) y más adelante recalca: " ..el periodismo es una pasión insaciable que sólo puede digerirse y humanizarse por su confrontación descarnada con la realidad"22.

Jairo León García, Jefe de redacción del periódico " El Mundo, al igual que Arturo Giraldo, Vicedecano de la Facultad de Comunicaciones de la Universidad de Antioquia, coincidieron con el Nobel colombiano al decir que el periodista debía " untarse de vida"; vale decir: ser sensible con lo que le rodea y no cometer ese pecado capital que tanto le corroe como lo es la soberbia.

Y concluimos con Fernando Savater, Kapuscinsky y Zolá:

"....lo primero que hay que dejar en claro es que la ética de un hombre libre nada tiene que ver ni con los castigos ni los premios repartidos por la autoridad que sea (...) El que no hace más que huir del castigo y buscar la recompensa que dispensan otros, según normas establecidas por ellos, no es mejor que un pobre esclavo...." 26

"... Para llegar a la verdad esta tiene que ser en verdad algo más importante que la vida, y sólo teniendo esa actitud es posible trabajar como periodista en países agitados y peligrosos.." 27

"La verdad está en marcha y nada la parará.." 28 .


BIBLIOGRAFIAS.


ABREU SOJO, Ivan.
¿ Es posible activar la conciencia ciudadana por medio
de la opinión pública a través de los mass media?
En: Revista Latina de Comunicación Social.
La Laguna (Tenerife), octubre de 1.999. No. 22.

APULEYO MENDOZA, Plinio.
"El vaso de agua"
En: Revista Semana, Bogotá, Septiembre de 1.997.pag. 64.

BOORSTIN, Daniel J. " Cazadores de la verdad"
En: Lecturas Dominicales, El Tiempo.
( Bogotá, febrero 22 de l.988, pags 6-8)

CABALLERO, Antonio.
"El papel de los medios de comunicación en el momento de crisis "
En: Revista Número. Vol. 10. (Junio-agosto 1.996) pags. 8-10

CALLE, Luis Alirio. Ponencia: "La desmitificación del periodista"
Seminario: Comunicaciones hacia el año 2.000.
Cicrodeportes- Antioquia, 1.994. ( hojas fotocopiadas).

CAPELLA, Daniel.
"El periodismo es un oficio peligroso"
Entrevista a Gabriel García Márquez.
En: Literario Dominical, El Colombiano.
(Medellín, 11 de enero de 1.998. pags. 4 y 5)

DUMMETT, Michael.
"La verdad y otros enigmas"
Traduc.: Alfredo Herrera Patiño.
México: Fondo de Cultura Económica, 1.978. pags. 65-90

ESCOBAR JARAMILLO, Verónica.
" críticas y discusiones alrededor de la verdad"
En: Literario Dominical, El Colombiano.
( Medellín, 15 de febrero de 1.998. pags. 12 - 13)

GARAY SALAMANCA, Luis Jorge.
"La transición hacia la construcción de sociedad. Reflexiones en torno a la crisis Colombiana "
(S.F), Santafé de Bogotá, 1.999. ( Hojas fotocopiadas)

GARCÍA MÁRQUEZ, Gabriel. “El Periodismo: El mejor oficio del Mundo”
(hojas fotocopiadas)

GARCIA POSADA, Juan José.
" Cien años del YO ACUSO de Zolá: LA VERDAD EN MARCHA"
En: Literario Dominical, El Colombiano.
(Medellín, 18 de enero de 1998. pags 2-3)

..................................................
"La dimensión hermenéutica del periodismo"
En: Literario Dominical, El Colombiano.
(Medellín, 17 de noviembre de 1.996. pags. 2-3)

..................................................
"La verdad, obsesión de aquí y ahora"
En: Literario Dominical, El Colombiano.
´(Medellín, 8 de septiembre de 1.996)

.................................................
" Una cierta prensa no es una prensa cierta"
En: Literario Dominical, El Colombiano.
(Medellín, 7 de septiembre de 1.997. pag. 3)

..................................................
"La verdad en tiempos de distorción"
En: Literario Dominical, El Colombiano
( Medellín, 8 de febrero de 1.998. pag. 3)

GIRALDO, Arturo.
Notas del curso PERIODISMO 1.
Universidad de Antioquia, 2000-2.

GOMEZ GARCIA, Juan Guillermo.
Émile Zolá: El intelectual, conciencia vigilante.
En: Magazin Dominical, El Espectador.
( Bogotá, 8 de noviembre de 1.998. pags. 14-15)

MEZA, Gilberto. "El periodismo como historia".
Entrevista a Ryszard Kapuscinski.
En: Magazin Dominical, El espectador.
( Bogotá, 1.989.pags. 3-13)

PEREZ, Dora Edith.
Entrevista-reflexión realizada por Roosevelt Castro para el curso de periodismo I de la Facultad de Comunicaciones de la Universidad de Antioquia, en diciembre de 2.000

PULITZER, Josepht.
La idea fundacional de Joseph Pulitzer.
Planeando una escuela de periodismo.
Alma Mater. Colección DOCUMENTOS No. 3.
Medellín, Universidad de Antioquia, 1.999. 48 pags.

QUINE, Willian Van Orman.
"La Búsqueda de la verdad"
Traduc.: Javier Rodriguez Alcázar.
Barcelona: ED. Crítica, 1.990. pags.119-152

QUINTANILLLA, Miguel.
Diccionario de Filosofía Contemporánea.
Salamanca: ED. Sígueme, 1.976. pag. 477.

RÁBADE ROMERO, Sergio.
"Verdad, conocimiento y ser"
Madrid: ED. Gredos, 1.965. pags. 15-179.

RESTREPO, Javier Darío.
" ¿ Cuánto cuesta una chiva? ".
En: "EL TIEMPO" (febrero 14 de 1.999) pag. 2A.

.......................................................
" Entre el poder y el servicio".
En: "EL TIEMPO" (febrero 7 de 1.999) pag. 2A.

SANCHEZ LOZANO, Carlos.
"El ministro Enamorado y el periodismo cínico"
(s.p.i) ( Hoja fotocopiada)

SCHAFF, Adam.
"Historia y Verdad"
México: ED: Grijalbo, 1.974. pags. 103-114.

SAVATER, Fernando.
“Ética para Amador”
Barcelona: ED. Ariel, 1995. 192 pag.

SIERRA, Zulma Andrea.
“Roosevelt Castro le saca roja a la violencia”
En: periódico “La gente de EL COLOMBIANO” (febrero de 2.000), Pag. 6

SORIA, Carlos.
“La ética de las palabras modestas”
(hojas fotocopiadas)

SPITALETTA, Reinaldo.
" De lo light y otras ligerezas"
En: El Colombiano (Medellín, 28 de febrero de 1.999) pag. 3D.

ZOLÁ, Émile.
" Yo acuso"
Barcelona: ED: Drafus. 1998


-----------------------------------------------

§ ROOSEVELT CASTRO B. Comunicador social-periodista e historiador de la Universidad de Antioquia. Ha hecho parte de diferentes proyectos periodísticos tanto en radio como en prensa. Fundó, en su colegio, el periódico “El Ideal Juvenil”, y fue cofundador de la revista deportiva “Goles y comentarios”, además, realizador y creador de otra publicación deportiva llamada: “Sólo... Fútbol Aficionado”. Ha publicado en las revistas :”Tribuna del Hincha”, “ Cierto”. .Los periódicos: “ Ruta Omega”, “ Good News From Colombia” y en los programas deportivos: “Goles y Comentarios”, “ Pantalla deportiva”, “Deporte – Deporte”, “ Gente, Deporte y Punto”, “ Hora trece del deporte”, “Sábados de fútbol Aficionado”, Las últimas incursiones en radio deportiva han sido “El Despelote Deportivo” ( Una fusión de deporte y humor, con transmisión radial desde el estadio Atanasio Girardot) y Los lideres del Deporte” ( Espacio radial que quiere mostrar la cara humana del deporte).

Actualmente adelanta varios proyectos entre los que se cuentan: “ La Gran Ciudad” (Conjuntamente con Carlos Alberto Bermúdez, es un espacio radial que pretende construir ciudad con un periodismo serio y reflexivo)“ Goles, sólo goles” ( Un espacio que pretende ser pionero de radio deportiva en la Internet en Colombia), “El pitazo final” ( un proyecto fílmico que quiere mostrar el submundo del fútbol en Medellín), “Fútbol Aficionado” ( Una publicación deportiva , especializada en balompié aficionado ), “El sueño de los pibes” ( Proyecto radial que busca rescatar las ilusiones de muchos niños y adolescentes para convertirse en futbolistas profesionales. Además, ir en la búsqueda de esos “Héroes anónimos” que se desgastan psíquica, anímica y económicamente por el fútbol aficionado y no tienen un reconocimiento importante a su labor) “Tarjeta Roja a la violencia”( Proyecto de campaña tendiente sensibilizar a los amantes del fútbol para bajar los niveles de agresividad y violencia en el Atanasio Girardot.) Hace parte del capitulo universitario de la Asociación Colombiana de Redactores Deportivos (ACORD-Antioquia)

1 . Se ha dicho, casi que hasta la saciedad, que " el periodista escribe la HISTORIA diariamente”. Bajo este postulado trataremos de articular el problema de la verdad en el periodismo de Colombia, haciendo una serie de cuestionamientos que nos lleven a otro más complejo: el de la objetividad.
El perfil que le daremos a nuestro trabajo tendrá como piedra angular, en lo conceptual, esta situación. Para lo anterior nos basaremos en varias de las precisiones que hace el historiador Polaco Adam Schaff.
El historiador polaco hace unos atinados planteamientos entre las relaciones del sujeto cognoscente, objeto y conocimiento. Vale decir: Schaff hace una serie de análisis de diferentes modelos de relación cognoscitiva para llevarlo directamente a la solución de otros más complejos como el del conocimiento verdadero y la verdad(eje central de nuestra reflexión).
Schaff, en su libro " Historia y verdad" plantea, entonces, un interrogante inicial acerca de la objetividad: ".....¿ Se puede afirmar la objetividad del conocimiento, queriendo decir con ello que posee no sólo una validez individual sino también universal, que es emotivamente incoloro e imparcial, cuando se admite al mismo tiempo que el sujeto cognoscente, como producto de las relaciones sociales, desempeña un papel activo en el proceso del conocimiento e introduce siempre en éste algo que procede específicamente de él, es decir un elemento subjetivo?..."
El historiador Polaco lo contesta con un sí y un no. Veamos:
" ..Todo depende del grado de precisión con que empleemos la expresión de Conocimiento objetivo: Sí, si no la empleamos en sentido absoluto. No, si la empleamos en categorías absolutas..", indica Shaff.

Después de contrastar entre objetividad entendida como ausencia parcialidad y de coloración emotiva con la partipacion activa del sujeto cognoscente, Adam Schaff concluye que el conocimiento científico que surge como valedero, y por ende verdadero, es, casi que silmultamente, " objetivo-subjetivo" y nos indica: "...objetivos con respecto al objeto a que se refieren y del cual son el "reflejo" especifico y por su validez universal relativa y por su eliminación de coloración emotiva; subjetivos, en un sentido más general, debido a la participación del sujeto cognoscente..."

SCHAFF, Adam.
"Historia y Verdad"
México: ED: Grijalbo, 1.974. págs. 103-114.

Muy unido a lo anterior podemos, entonces, indicar que el problema de la verdad lo abordaremos no sólo desde la perspectiva del " conocimiento verdadero" y su problema subyacente, el de la objetividad sino, además, lo ubicaremos desde esa forma más acorde al realismo gnoseológico de entender el concepto de "Verdad " con su forma más acorde, que viene dada por la teoría Aristoteliana de la adecuación o correspondencia; pues según ella: " ..un enunciado es verdadero si lo que se dice se adecua o se corresponde con la realidad...".


QUINTANILLLA, Miguel a.,
Diccionario de Filosofía Contemporánea.
Salamanca: ED. Sígueme, 1.976. pag. 477.

Bajo éstos miramientos harán una deconstrucción conceptual del problema de la objetividad y con ello el de la verdad, entendidos, a su vez, como procesos y no como puntos de llegada.

2 Una serie de problemas que caracterizan un proceso de destrucción social y que sirven de marco a la crisis institucional y política que vive el país nos la hace ver el investigador Luis Jorge Garay Salamanca, en su ensayo titulado: "La transición hacia la construcción de sociedad. Reflexiones en torno a la crisis Colombiana ". Veamos algunos:

La creciente supeditación de lo público, la desinstitucionalización del estado, la perdida de convivencia ciudadana, la transformación del conflicto armado y el narcotráfico.

GARAY SALAMANCA, Luis Jorge.
"La transición hacia la construcción de sociedad. Reflexiones en torno a la crisis Colombiana "
(S.F), Santafé de Bogotá, 1.999. ( Hojas fotocopiadas)

3 BOORSTIN, Daniel J. " Cazadores de la verdad"
En: Lecturas Dominicales, El Tiempo .
( Bogotá, febrero 22 de l.988, pags 6-8)

4 IBID . pag. 6

5 RÁBADE ROMERO, Sergio.
"Verdad, conocimiento y ser"
Madrid: ED. Gredos, 1.965. pags. 15-179.

6 BOORSTÍN, Daniel J. Op. Cit. pag. 6

7 IBID. pag.6

8 IBID. pag.7. El adaptado acerca de la historia es nuestro, acordándonos de una premisa de Marx que dice: " quien no conoce la historia, está condenado a repetirla"

9 Para entender mejor la problemática planteada sugerimos ver a: ZOLÁ, Emile. "Yo acuso". Barcelona. Ed. Grafus. 1998.

10 KAPUSCINSKY, Ryszard. "El periodismo como Historia". Entrevista concedida a Gilberto Mesa y publicada en el Magazín Dominical "El Espectador" en 1989.

11 Un compromiso serio y eficaz del periodismo, en épocas de crisis es, a mi real entender, servir de "garantes" entre los que lo tienen todo con los que nada poseen o lo han perdido todo.
Un ejemplo de ello fue el realizado por el periódico "El Tiempo" una semana después del terremoto de Armenia y reseñado por su" defensor del lector"; Javier Darío Restrepo, en un articulo titulado: " Entre el poder y el servicio". El connotado periodista indica con respecto al periodismo de servicio:
"...En los diarios de los EEUU se está extendiendo la convicción de que ésta característica- la del periodismo de servicio, agregamos- forma parte de las señas de identidad del periodismo moderno. Cuando se examinan sus formas de expresión, la conclusión es que se trata de "un material que induce al lector a actuar", o como lo afirma James Autry, de la editorial Meredith : " Es el periodismo que va más allá de la mera entrega de información (porque) el lector hará algo como resultado de la lectura; eso significa hacer algo que mejorará la vida del lector....".

RESTREPO, Javier Darío.
" Entre el poder y el servicio".
En: "EL TIEMPO" (febrero 7 de 1.999) pag. 2A.

12 CALLE, Luis Alirio. Ponencia: "La desmitificación del periodista"
Seminario: Comunicaciones hacia el año 2.000.
Cicrodeportes- Antioquia, 1.994. ( hojas fotocopiadas).

13 ¿ Cuánto cuesta una chiva?, es el cuestionamiento que se hace el periodista y ex-sacerdote Javier Darío Restrepo, al calor de una reflexión realizada en su tan leída columna "El Defensor de lector", en el periódico capitalino "El Tiempo" .
El interrogante que se hace Restrepo gira en torno a las inmensas "ganas de protagonismo”, que tienen muchos de nuestros colegas, por tener las posibilidades de estar en una toma guerrillera, en cualquier lugar del país. Afirma Javier Darío: "....El periodista, (...), cree estar en posesión de una información de primera mano, pero la realidad es otra: es objeto de una perversa y hábil manipulación...."

RESTREPO, Javier Darío.
" ¿ Cuánto cuesta una chiva? ".
En: "EL TIEMPO" ( febrero 14 de 1.999) pag. 2A.

Otro punto de vista importante acerca de lo que algunos han dado en llamar como “el sindrome de la chiva”, es el expuesto por Carlos Soria, en su libro “ La ética de las palabras modestias”.
Soria indica hay varias razones para ser y no ser ético . Entre una de las que menciona para no ser lo primero es aquella de “la pasión informativa sin medida”:
“..Otras veces, (...)la pasión informativa sin medida cede al egoísmo de sacrificar la ética. La bandera que empuja al holocausto tiene este lema: el fin justifica los medios”. A partir de aquí se busca la información, a cualquier precio; se busca para anticiparse a los demás, a cualquier precio; se busca la exaltación del propio ego; a cualquier precio...”

SORIA, Carlos.
“La ética de las palabras modestias”
(Hojas fotocopiadas) pag. 16

14 GIRALDO, Arturo
Notas del curso "PERIODISMO 1"
Medellín, Universidad de Antioquia, 2000-2.

15 Bien lo decía nuestro Nobel de literatura Gabriel García Márquez, en una entrevista concedida a Daniel Capella hace dos años, que el oficio del periodismo era un asunto peligroso.

CAPELLA, Daniel.
"El periodismo es un oficio peligroso"
Entrevista a Gabriel García Márquez.
En: Literario Dominical, El Colombiano.
(Medellín, 11 de enero de 1.998. págs. 4 y 5)

El último caso de violación al articulo 20 de nuestra carta magna fue el que le ocurrió a la periodista Bogotana, al servicio del periódico "El Espectador", Yineth Bedoya Lima, quien fuera ultrajada, golpeada y vejada por un grupo, al parecer, paramilitar.
En unas declaraciones dadas al canal privado RCN y su programa "La Noche" el pasado 30 de mayo de 2000, Bedoya Lima dijo:
"...hay que seguirle diciendo la verdad al país..."

Otra interpelación fue realizada por el periodista Ignacio Gómez, miembro para la libertad de prensa, en el mismo espacio televisivo:
"....uno espera que su verdad sea publicada...una una verdad que es importante para el país ..."

16 CABALLERO, Antonio. "El papel de los medios de comunicación en el momento de crisis. En Revista Número. Vol. 10 (Junio.Agosto 1996) Pg 8.

17 IBID. Pag 9.

18 Una buena argumentación nos presenta el periodista Reynaldo Spitaleta acerca de lo "Light".
Indica el prestigioso columnista que: “..lo light no es lo frívolo, sino lo vano. Porque, incluso, la frivolidad requiere de un tratamiento brillante..."

SPITALETTA, Reinaldo.
" De lo light y otras ligerezas"
En: El Colombiano (Medellín, 28 de febrero de 1.999) pag. 3D.


19 APULEYO MENDOZA, Plinio. "El vaso de agua". En "Revista Semana".
(Septiembre 1997). Pag. 64.

20 GARCÍA MÁRQUEZ, Gabriel. “El Periodismo: El Mejor oficio del Mundo”. (hojas fotocopiadas).

21 IBID

22 . IBID

26 SAVATER, Fernando.
“Ética para Amador”
Barcelona: ED. Ariel, 1995. 192 pag.

27 . KAPUSCINSKY, Ryszard. Op.cit

28 ZOLÁ, Emile. Op.cit

Periodismo y Narración: Desafios para el siglo XXI

Por: Tomás Eloy Martínez

(Conferencia pronunciada ante la asamblea de la SIP el 26 de octubre de 1997, en Guadalajara, México)

Los seres humanos perdemos la vida buscando cosas que ya hemos encontrado. Todas las mañanas, en cualquier latitud, los editores de periódicos llegan a sus oficinas preguntándose cómo van a contar la historia que sus lectores han visto y oído decenas de veces en la televisión o en la radio, ese mismo día. Con qué palabras narrar, por ejemplo, la desesperación de una madre a la que todos han visto llorar en vivo delante de las cámaras? Cómo seducir, usando un arma tan insuficiente como el lenguaje, a personas que han experimentado con la vista y con el oído todas las complejidades de un hecho real? Ese duelo entre la inteligencia y los sentidos ha sido resuelto hace varios siglos por las novelas, que todavía están vendiendo millones de ejemplares a pesar de que algunos teóricos decretaron, hace dos o tres décadas, que la novela había muerto para siempre. También el periodismo ha resuelto el problema a través de la narración, pero a los editores les cuesta aceptar que esa es la respuesta a lo que están buscando desde hace tanto tiempo.

En The New York Times del domingo 28 de septiembre, cuatro de los seis artículos de la primera página compartían un rasgo llamativo: cuando daban una noticia, los cuatro la contaban a través de la experiencia de un individuo en particular, un personaje paradigmático que reflejaba, por sí solo, todas las facetas de esa noticia. Lo que buscaban aquellos artículos era que el lector identificara un destino ajeno con su propio destino. Que el lector se dijera: a mí también puede pasarme esto. Cuando leemos que hubo cien mil víctimas en un maremoto de Bangla Desh, el dato nos asombra pero no nos conmueve. Si leyéramos, en cambio, la tragedia de una mujer que ha quedado sola en el mundo después del maremoto y siguiéramos paso a paso la historia de sus pérdidas, sabríamos todo lo que hay que saber sobre ese maremoto y todo lo que hay que saber sobre el azar y sobre las desgracias involuntarias y repentinas. Hegel primero, y después Borges, escribieron que la suerte de un hombre resume, en ciertos momentos esenciales, la suerte de todos los hombres. Esa es la gran lección que están aprendiendo los periódicos en este fin de siglo.

Volvamos ahora a esa primera página de The New York Times, el domingo 28 de septiembre de 1997. Uno de los artículos a los que aludí versaba sobre la situación del Congo después de la caída y la muerte de Mobutu. Empezaba de esta manera: "Cuando Frank Kumbu se levanta cada mañana y observa el mundo desde el modesto escalón de cemento que hay a la entrada de su casa, las imágenes de los chicos jugando en las calles enlodadas, del tránsito con sus estelas de humo, y el ruidoso desfile de soldados, mendigos y bohoneros, le recuerda cómo las cosas fueron durante, más o menos, los últimos veinte años".

El otro artículo, sobre llamadas telefónicas gratis en Europa, estaba fechado en Viareggio, Italia, y estas eran sus primeras líneas: "Filippo Simonelli levanta el tubo de su teléfono, pulsa algunas teclas y una voz ladra en su oído: ¿Pizza recién hecha? Restaurante Buon Amico. Via dei Campi 24'. No, no se trata de una llamada a una pizzería. Es parte de un curioso experimento que ofrece a ciertos europeos llamadas de teléfono gratis a cambio de que acepten oír propagandas comerciales". Un tercero, sobre las tensiones raciales en Estados Unidos, tenía su origen en Durham, North Carolina, y este era su comienzo: "Para John Hope Franklin el problema era enloquecedor: las orquídeas que estaba cultivando desde hacía 37 años en la ventana de su apartamento de Brooklyn morían o se negaban a florecer. Su solución al problema fue típica de su aproximación al estudio sobre las relaciones raciales en América al que le había dedicado toda la vida: leyó todo lo que pudo sobre el tema".

Cuatro de los seis artículos que The New York Times publicó en su primera página ese domingo comenzaban como dije con la historia de un individuo; el quinto artículo narraba la historia de una familia; el sexto daba cuenta de ciertos acuerdos sobre impuestos entre los líderes republicanos del Congreso de los Estados Unidos. Si me detengo en esta característica del periodismo es porque no se trata de algo inusual. Casi todos los días, los mejores diarios del mundo se están liberando del viejo corsé que obliga a dar una noticia obedeciendo el mandato de responder en las primeras líneas a las seis preguntas clásicas o en inglés las cinco W: qué, quién, dónde, cuándo, cómo y por qué. Ese viejo mandato estaba asociado, a la vez, con un respeto sacramental por la pirámide invertida, que fue impuesta por las agencias informativas hace un siglo, cuando los diarios se componían con plomo y antimonio y había que cortar la información en cualquier párrafo para dar cabida a la publicidad de última hora. Aunque en todas las viejas reglas hay una cierta sabiduría, no hay nada mejor que la libertad con que ahora podemos desobedecerlas. La única dictadura técnica de las últimas décadas es la que imponen los diagramadores, y estos, cuando son buenos periodistas, entienden muy bien que una historia contada con inteligencia tiene derecho a ocupar todo el espacio que necesita, por mucho que sea: no más, pero tampoco menos.

De todas las vocaciones del hombre, el periodismo es aquella en la que hay menos lugar para las verdades absolutas. La llama sagrada del periodismo es la duda, la verificación de los datos, la interrogación constante. Allí donde los documentos parecen instalar una certeza, el periodismo instala siempre una pregunta. Preguntar, indagar, conocer, dudar, confirmar cien veces antes de informar: esos son los verbos capitales de la profesión más arriesgada y más apasionante del mundo.

La gran respuesta del periodismo escrito contemporáneo al desafío de los medios audiovisuales es descubrir, donde antes había sólo un hecho, al ser humano que está detrás de ese hecho, a la persona de carne y hueso afectada por los vientos de la realidad. La noticia ha dejado de ser objetiva para volverse individual. O mejor dicho: las noticias mejor contadas son aquellas que revelan, a través de la experiencia de una sola persona, todo lo que hace falta saber. Eso no siempre se puede hacer, por supuesto. Hay que investigar primero cuál es el personaje paradigmático de que podría reflejar, como un prisma, las cambiantes luces de la realidad. No se trata de narrar por narrar. Algunos jóvenes periodistas creen, a veces, que narrar es imaginar o inventar, sin advertir que el periodismo es un oficio extremadamente sensible, donde la más ligera falsedad, la más ligera desviación, puede hacer pedazos la confianza que se fue creando en el lector durante años. No todos los reporteros saben narrar y, lo que es más importante todavía, no todas las noticias se prestan a ser narradas. Pero antes de rechazar el desafío, un periodista de raza debe preguntarse primero si se puede hacer y, luego, si conviene o no hacerlo. Narrar la votación de una ley en el Senado a partir de lo que opina o hace un senador puede resultar inútil, además de patético. Pero contar el accidente de la princesa Diana a través de lo que vió o sintió un testigo suponiendo que existiera ese testigo privilegiado sería algo que sólo se puede hacer bien con el lenguaje, no con el despojamiento de las imágenes o con los sobresaltos de la voz.

Sin embargo, no hay nada peor que una noticia en la que el reportero se finge novelista y lo hace mal. Los diarios del siglo XXI prevelacerán con igual o mayor fuerza que ahora si encuentran ese difícil equilibrio entre ofrecer a sus lectores informaciones que respondan a las seis preguntas básicas e incluyan además todos los antecedentes y el contexto que esas informaciones necesitan para ser entendidas sin problemas, pero también o sobre todo un puñado de historias, seis, siete o diez historias en la edición de cada día, contadas por reporteros que también sean eficaces narradores.

La mayoría de los habitantes de esta infinita aldea en la que se ha convertido el mundo vemos primero las noticias por televisión o por Internet o las oímos por radio antes de leerlas en los periódicos, si es que acaso las leemos. Cuando un diario se vende menos no es porque la televisión o el Internet le han ganado de mano, sino porque el modo como los diarios dan la noticia es menos atractivo. No tiene por que ser así. La prensa escrita, que invierte fortunas en estar al día con las aceleradas mudanzas de la cibernética y de la técnica, presta mucha menos atención me parece a las más sutiles e igualmente aceleradas mudanzas de los lenguajes que prefiere su lector. Casi todos los periodistas están mejor formados que antes, pero tienen -habría que averiguar por qué- menos pasión; conocen mejor a los teóricos de la comunicación pero leen mucho menos a los grandes novelistas de su época.

Antes, los periodistas de alma soñaban con escribir aunque solo fuera una novela en la vida; ahora, los novelistas de alma sueñan con escribir un reportaje o una crónica tan inolvidables como una bella novela. El problema está en que los novelistas lo hacen y los periodistas se quedan con las ganas. Habría que incitarlos, por lo tanto, a que conjuren esa frustración en las páginas de sus propios periódicos, contando las historias de la vida real con asombro y plena entrega del ser, con la obsesión por el dato justo y la paciencia de investigadores que caracteriza a los mejores novelistas. No estoy preconizando que se escriban novelas en los diarios, nada de eso, y menos aún en el lenguaje florido y adjetivado al que suelen recurrir los periodistas que se improvisan como novelistas de la noche a la mañana. Tampoco estoy deslizando la idea de que el mediador de una noticia se convierta en el protagonista. Por supuesto que no. Un periodista que conoce a su lector jamás se exhibe. Establece con él, desde el principio, lo que yo llamaría un pacto de fidelidades: fidelidad a la propia conciencia y fidelidad a la verdad. A la avidez de conocimiento del lector no se la sacia con el escándalo sino con la investigación honesta; no se la aplaca con golpes de efecto sino con la narración de cada hecho dentro de su contexto y de sus antecedentes. Al lector no se lo distrae con fuegos de artificio o con denuncias estrepitosas que se desvanecen al día siguiente, sino que se lo respeta con la información precisa. Cada vez que un periodista arroja leña en el fuego fatuo del escándalo está apagando con cenizas el fuego genuino de la información. El periodismo no es un circo para exhibirse, sino un instrumento para pensar, para crear, para ayudar al hombre en su eterno combate por una vida más digna y menos injusta.

Uno de los más agudos ensayistas norteamericanos, Hayden White, ha establecido que lo único que el hombre realmente entiende, lo único que de veras conserva en su memoria, son los relatos. White lo dice de modo muy elocuente: "Podemos no comprender plenamente los sistemas de pensamiento de otra cultura, pero tenemos mucha menos dificultad para entender un relato que procede de otra cultura, por exótica que nos parezca". Un relato, según White, siempre se puede traducir "sin menoscabo esencial", a diferencia de lo que pasa con un poema lírico o con un texto filosófico. Narrar tiene la misma raíz que conocer. Ambos verbos tienen su remoto origen en una palabra del sánscrito, gna, conocimiento.

El periodismo nació para contar historias, y parte de ese impulso inicial que era su razón de ser y su fundamento se ha perdido ahora. Dar una noticia y contar una historia no son sentencias tan ajenas como podría parecer a primera vista. Por lo contrario: en la mayoría de los casos, son dos movimientos de una misma sinfonía. Los primeros grandes narradores fueron, también, grandes periodistas. Entendemos mucho mejor como fue la peste que asoló Florencia en 1347 a través del Decamerón de Boccaccio que a través de todas las historias que se escribieron después, aunque entre esas historias hay algunas que admiro como A Distant Mirror de Barbara Tuchman. Y, a la vez, no hay mejor informe sobre la educación en Inglaterra durante la primera mitad del siglo XIX que la magistral y caudalosa Nicholas Nickleby de Charles Dickens. La lección de Boccaccio y la de Dickens, como la de Daniel Defoe, Balzac y Proust, pretende algo muy simple: demostrar que la realidad no nos pasa delante de los ojos como una naturaleza muerta sino como un relato, en el que hay diálogos, enfermedades, amores, además de estadísticas y discursos.

No es por azar que, en América Latina, todos, absolutamente todos los grandes escritores fueron alguna vez periodistas: Borges, García Márquez, Fuentes, Onetti, Vargas Llosa, Asturias, Neruda, Paz, Cortázar, todos, aun aquellos cuyos nombres no cito. Ese tránsito de una profesión a otra fue posible porque, para los escritores verdaderos, el periodismo nunca es un mero modo de ganarse la vida sino un recurso providencial para ganar la vida. En cada una de sus crónicas, aun en aquellas que nacieron bajo el apremio de las horas de cierre, los maestros de la literatura latinoamericana comprometieron el propio ser tan a fondo como en sus libros decisivos. Sabían que, si traicionaban a la palabra hasta en la más anónima de las gacetillas de prensa, estaban traicionando lo mejor de sí mismos. Un hombre no puede dividirse entre el poeta que busca la expresión justa de nueve a doce de la noche y el reportero indolente que deja caer las palabras sobre las mesas de redacción como si fueran granos de maíz. El compromiso con la palabra es a tiempo completo, a vida completa. Puede que un periodista convencional no lo piense así. Pero un periodista de raza no tiene otra salida que pensar así. El periodismo no es una camisa que uno se pone encima a la hora de ir al trabajo. Es algo que duerme con nosotros, que respira y ama con nuestras mismas vísceras y nuestros mismos sentimientos.

Las semillas de lo que hoy entendemos por nuevo periodismo fueron arrojadas aquí, en América Latina, hace un siglo exacto. A partir de las lecciones aprendidas en The Sun, el diario que Charles Danah tenía en Nueva York y que se proponía presentar, con el mejor lenguaje posible, "una fotografía diaria de las cosas del mundo", maestros del idioma castellano como José Martí, Manuel Gutiérrez Nájera y Rubén Darío se lanzaron a la tarea de retratar la realidad. Darío escribía en La Nación de Buenos Aires, Gutiérrez Nájera en El Nacional de México, Martí en La Nación y en La Opinión Nacional de Caracas. Todos obedecían, en mayor o menor grado, a las consignas de Danah y las que, hacia la misma época, establecía Joseph Pulitzer: sabían cuando un gato en las escaleras de cualquier palacio municipal era más importante que una crisis en los Balcanes y usaban sus asombrosas plumas pensando en el lector antes que en nadie.

De esa manera, por primera vez, fundieron a la perfección la fuerza verbal del lenguaje literario con la necesidad matemática de ofrecer investigaciones acuciosas, puestas al servicio de todo lo que sus lectores querían saber. Fue Martí el primero en darse cuenta de que escribir bien y emocionar al público no son algo reñido con la calidad de la información sino que, por lo contrario, son atributos consustanciales a la información. Tal como Pulitzer lo pedía, Martí y Darío pero sobre todo Martí usaron todos los recursos narrativos para llamar la atención y hacer más viva la noticia. No importaba cuán larga fuera la información. Si el hombre de la calle estaba interesado en ella, la leería completa.

Si hace un siglo las leyes del periodismo estaban tan claras, ¿por qué o cómo fueron cambiando? ¿Qué hizo suponer a muchos empresarios inteligentes que, para enfrentar el avance de la televisión y del Internet, era preciso dar noticias en forma de píldoras porque la gente no tenía tiempo para leerlas? ¿Por qué se mutilan noticias que, según los jefes de redacción, interesan sólo a una minoría, olvidando que esas minorías son, con frecuencia, las mejores difusoras de la calidad de un periódico? Que un diario entero está concebido en forma de píldoras informativas es no sólo aceptable sino también admirable, porque pone en juego, desde el principio al fin, un valor muy claro: es un diario hecho para lectores de paso, para gente que no tiene tiempo de ver siquiera la televisión. Pero el prejuicio de que todos los lectores nunca tienen tiempo me parece irrazonable. Los seres humanos nunca tienen tiempo, o tienen demasiado tiempo. Siempre, sin embargo, tienen tiempo para enterarse de lo que les interesa. Cuando alguien es testigo casual de un accidente en la calle, o cuando asiste a un espectáculo deportivo, pocas cosas lee con tanta avidez como el relato de eso que ha visto, oído y sentido. Las palabras escritas en los diarios no son una mera rendición de cuentas de lo que sucede en la realidad. Son mucho más. Son la confirmación de que todo cuanto hemos visto sucedió realmente, y sucedió con un lujo de detalles que nuestros sentidos fueron incapaces de abarcar.

El lenguaje del periodismo futuro no es una simple cuestión de oficio o un desafío estético. Es, ante todo, una solución ética. Según esa ética, el periodista no es un agente pasivo que observa la realidad y la comunica; no es una mera polea de transmisión entre las fuentes y el lector sino, ante todo, una voz a través de la cual se puede pensar la realidad, reconocer las emociones y las tensiones secretas de la realidad, entender el por qué y el para qué y el
cómo de las cosas con el deslumbramiento de quien las está viendo por primera vez.

Cada vez que las sociedades han cambiado de piel o cada vez que el lenguaje de las sociedades se modifica de manera radical, los primeros síntomas de esas mudanzas aparecen en el periodismo. Quien lea atentamente la prensa inglesa de los años 60 reencontrará en ella la esencia de las canciones de los Beatles, así como en la prensa californiana de esa época se reflejaba la rebeldía y el heroísmo anárquico de los beatniks o la avidez mística de los hippies. En el gran periodismo se puede siempre descubrir y se debe descubrir, cuando se trata de gran periodismo los modelos de realidad que se avecinan y que aún no han sido formulados de manera consciente.

Pero el periodismo, a la vez como lo saben muy bien todos los que están aquí no es un partido político ni un fiscal de la república. En ciertas épocas de crisis, cuando las instituciones se corrompen o se derrumban, los lectores suelen asignar esas funciones a la prensa sólo para no perder todas las brújulas. Ceder a cualquier tentación paternalista puede ser fatal, sin embargo. El periodista no es un policía ni un censor ni un fiscal. El periodista es, ante todo, un testigo: acucioso, tenaz, incorruptible, apasionado por la verdad, pero sólo un testigo. Su poder moral reside, justamente, en que se sitúa a distancia de los hechos mostrándolos, revelándolos, denunciándolos, sin aceptar ser parte de los hechos.

Responder a ese desafío entraña una enorme responsabilidad. Ningún periodista podría cumplir de veras con esa misión si cada vez, ante la pantalla en blanco de su computadora, no se repitiera: "Lo que escribo es lo que soy, y si no soy fiel a mí mismo no puedo ser fiel a quienes me lean". Solo de esa fidelidad nace la verdad. Y de la verdad, como lo sabemos todos los que estamos aquí, nacen los riesgos de esta profesión, que es la más noble del mundo.

Un periodista no es un novelista, aunque debería tener el mismo talento y la misma gracia para contar de los novelistas mejores. Un buen reportaje tampoco es una rama de la literatura, aunque debería tener la misma intensidad de lenguaje y la misma capacidad de seducción de los grandes textos literarios. Y, para ir más lejos aún y ser más claro de lo que creo haber sido, un buen periódico no debería estar lleno de grandes reportajes bien escritos, porque eso condenaría a sus lectores a la saturación y al empalagamiento. Pero si los lectores no encuentran todos los días, en los periódicos que leen, un reportaje, un solo reportaje, que los hipnotice tanto como para que lleguen tarde a sus trabajos o como para que se les queme el pan en la tostadora del desayuno, entonces no tendrán por qué echarle la culpa a la televisión o al Internet de sus eventuales fracasos, sino a su propia falta de fe en la inteligencia de sus lectores.

A comienzos de los años 60 solía decirse que en América Latina se leían pocas novelas porque había una inmensa población analfabeta. A fines de esa misma década, hasta los analfabetos sabían de memoria los relatos de novelistas como García Márquez y Cortázar por el simple hecho de que esos relatos se parecían a las historias de sus parientes o de sus amigos. Contar la vida, como querían Charles Danah y José Martí, volver a narrar la realidad con el asombro de quien la observa y la interroga por primera vez: esa ha sido siempre la actitud de los mejores periodistas y esa será, también, el arma con que los lectores del siglo XXI seguirán aferrados a sus periódicos de siempre.

Oigo repetir que el periodismo de América Latina está viviendo tiempos difíciles y sufriendo ataques y amenazas a su libertad por parte de varios gobiernos democráticos. En las dictaduras sabíamos muy bien a qué atenernos, porque la fuerza bruta y el absolutismo agreden con fórmulas muy simples. Pero las democracias cuando son autoritarias emplean recursos más sutiles y más tenaces, que a veces tardamos en reconocer. Los tiempos siempre ha sido difíciles en América Latina. De esa carencia podemos extraer cierta riqueza. Los tiempos difíciles suelen obligarnos a dar respuestas rápidas y lúcidas a las preguntas importantes. Cuando Atenas produjo las bases de nuestra civilización, afrontaba conflictos políticos y padecía a líderes demagógicos semejantes a muchos de los que hoy se ven por estas latitudes. Y sin embargo, Aristóteles imaginó las premisas de la democracia a partir de los rasgos que tenía entonces Atenas. En el siglo XVII nadie podía imaginar tampoco hacia dónde se encaminaba Inglaterra. Se sucedían las guerras de religión y de conquista, los reyes iban y venían del cadalso, pero del magma de esas convulsiones brotaron las grandes preguntas de la modernidad y las geniales respuestas de Locke, de Hume, de Francis Bacon, de Newton, de Leibniz y de Berkeley. Del caos de aquellos años nacieron las luces de los tres siglos siguientes.

Algo semejante está sucediendo ahora en América Latina. Cuando más afuera de la historia parecemos, más sumidos estamos sin embargo en el corazón mismo de los grandes procesos de cambio. En tanto periodistas, en tanto intelectuales, nuestro papel, como siempre, es el de testigos activos. Somos testigos privilegiados. Por eso es tan importante conservar la calma y abrir los ojos: porque somos los sismógrafos de un temblor cuya fuerza viene de los pueblos.

Es preciso ponernos a pensar juntos, es preciso ponernos a narrar juntos. Lo que va a quedar de nosotros son nuestras historias, nuestros relatos. Es preciso renovar también las utopías que ahora se están apagando en el cansado corazón de los hombres. Una de las peores afrentas a la inteligencia humana es que sigamos siendo incapaces de construir una sociedad fundada por igual en la libertad y en la justicia. No me resigno a que se hable de libertad afirmando que para tenerla debemos sacrificar la justicia, ni que se prometa justicia admitiendo que para alcanzarla hay que amordazar la libertad. El hombre, que ha encontrado respuesta para los más complejos enigmas de la naturaleza no puede fracasar ante ese problema de sentido común.

Tengo plena certeza de que el periodismo que haremos en el siglo XXI será mejor aún del que estamos haciendo ahora y, por supuesto, aún mejor del que nuestros padres fundadores hacían a comienzos de este siglo que se desvanece. Indagar, investigar, preguntar e informar son los grandes desafíos de siempre. El nuevo desafío es cómo hacerlo a través de relatos memorables, en los que el destino de un solo hombre o de unos pocos hombres permita reflejar el destino de muchos o de todos. Hemos aprendido a construir un periodismo que no se parece a ningún otro. En este continente estamos escribiendo, sin la menor duda, el mejor periodismo que jamás se ha hecho. Ahora pongamos nuestra palabra de pie para fortalecerlo y enriquecerlo.

domingo, 22 de abril de 2007

El Periodismo Deportivo: ¿Una Balacera Lingüística?

(Reflexión acerca de la violencia en el lenguaje deportivo)

En el principio era el verbo, y el verbo era con Dios
, y el verbo era Dios. Este era en el principio con Dios.
Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que
ha sido hecho, fue hecho. En él estaba la vida, y la vida era la
Luz de los hombres..”

(San Juan. Capítulo 1 Versículos 1 a 4)

Mas yo os digo que toda palabra ociosa que hablen los hombres,
de ello darán cuenta en el día del juicio. Porque por tus palabras
serás justificado, y por tus palabras serás condenado”
Mateo 12: 36-37

Por: Roosevelt Castro B.1
Carlos Gilberto Giraldo


Muchos son los tratados que, acerca del fútbol, se han escrito. Todavía, hoy por hoy, incrustado en la dinámica económica del capitalismo salvaje, sigue siendo tema para profundos estudios y análisis. Paralelo a su origen se han generado espacios para la socialización de los seres humanos.

El desarrollo y evolución del fútbol, en esta última canturía y media de la historia de Cultura occidental, no han estado al margen del desarrollo mismo de las sociedades, en donde se incluyen también otras expresiones y fenómenos reiterativos en la dinámica humana por el planeta tierra como lo son los enfrentamientos bélicos entre dos o más bandos en conflicto.

Los deportes y en especial el balompié no ha sido ajeno a ese fenómeno bélico. Muchos lo han catalogado como una metáfora de la guerra.[1] La práctica deportiva como práctica civilizatoria, donde el conjunto de normas y “reglas de juego” se ponen en común, se comunican, para llegar a medios de concertación y de dialógica humana que ayuden e impidan la agresión y el hacernos menor daño posible, no ha logrado “cristalizar” un proyecto que le posibilite crear otros lenguajes menos agresivos, menos violentos. Unos lenguajes que permitan “desarmar la palabra “ y no crear una “balacera lingüística”.

EL PODER DE LA PALABRA Y EL PERIODISMO DEPORTIVO

Paralelo a la practica profesional del fútbol, se dio inicio a otra actividad que ayudó a su evolución y desarrollo: el periodismo deportivo.

Con el mismo discurso bélico, el cronista deportivo relata las grandes hazañas de sus héroes creando, con sus palabras, seres míticos con pies de barro[2].

Los Mayas tuvieron un Dios para las palabras. Los griegos y los romanos no. Para su desgracia (y, probablemente, la nuestra) tuvieron semidioses: aquellos héroes mitológicos a quienes colocaban entre sus deidades. Les atribuyeron virtudes que giraron entre lo humano y lo divino. El grupo humano prehispánico del sureste de México, Guatemala y Yucatán entendió, como ahora lo ahora lo hacemos, el gran poder que tiene la palabra [3].

Zvetan Todorov, lingüista polaco, asevera que las palabras crean realidades y que nada existe, ningún objeto del mundo real existe hasta que no sea nombrado. Muchos semiologos, apoyándose en las tesis de Todorov, han interpretado la Biblia y en su hermeneutica han coincidido con el lingüista polaco en ese “poder” que tiene la palabra 3.

Un poder que va más allá de un discurso grandilocuente, pues el lenguaje no sólo describe las cosas, hace que las cosas sucedan, el lenguaje es acción.

“ Ese hombre tiene más poder que yo” 4 dijo el Jaibaná Salvador para referirse al periodista Juan José Hoyos. Sí, el periodista y el periodismo tienen ese poder, sobretodo el de servir, para que no nos dominen con el miedo y el escándalo. Un poder entendido como un periodismo de servicio 5 y no como un periodismo de destrucción, o de estragos 6 o de muerte.

Todas las consideraciones anteriores son las que tendremos en cuenta para tratar de reflexionar acerca del contenido violento de las palabras en el periodismo deportivo, especialmente en el medio radial, dado muchas veces por el mal uso del lenguaje.

Al contrario de lo que sucede en la prensa, medio en el cual se pueden editar y corregir los artículos, en la radio, especialmente en los programas que se emiten en vivo, y ante la inmediatez del medio, es difícil realizar la labor de “devolver lo que se ha dicho”.

El uso del lenguaje que hacen los periodistas deportivos radiales crea en los oyentes el convencimiento de que todo lo que dicen es correcto e incorporan todos esos términos a su vocabulario, aunque sean incorrectos.

Desde que iniciamos nuestra carrera hemos escuchado decir que los medios de comunicación deben cumplir una triple función con respecto al público: informar, entretener y educar.

En lo que tiene que ver con los programas deportivos radiales podemos decir que cumplen con la parte de la información, y esto se puede deducir con sólo hacer un recorrido por el dial, en el que se encuentra variedad de estilos, enfoques y horarios, con un amplio contenido y, además, gran cantidad de pauta publicitaria.

Con el entretenimiento podemos afirmar, de igual manera, que están cumpliendo, lo que se deduce de los resultados de estudios de sintonía, en los que los resultados de este tipo de programas siempre ocupan los primeros lugares, hecho que se ve reflejado también en el tema de la pauta publicitaria que ya tocamos en el punto anterior.

Pero cuando miramos la tercera parte del enunciado, la de la educación, nos encontramos con que el lenguaje que utilizan los periodistas deportivos radiales está plagado de vicios e incorrecciones, que al salir al aire por prestigiosas emisoras y cadenas y de la boca de comunicadores con trayectoria, se convierten casi en dogmas de fe para los oyentes, que los incluyen en su vocabulario como válidos, con lo cual el resultado es contrario: en lugar de educar contribuimos con la perversión del uso del lenguaje

Podemos citar algunos de esos casos de ese mal uso en los espacios deportivos:
· Extranjerismos.
· Dequeismo y antidequeismo.
· Neologismos.
· Mal uso de las contracciones.
· Mal uso de los términos por desconocimiento de su significado.

El deporte, como expresión moderna, ha logrado penetrar y permear todas las esferas sociales. Cuando a fines del siglo XIX, y en plena “Era Victoriana”, en Inglaterra se incorporaron éstos modelos de asociación y socialización de las elites pocos “preveían” que lo que les servía como solaz, sosiego y “uso de su tiempo libre” se convertiría un siglo después en un negocio lucrativo y un espectáculo, que seguirían con mucha curiosidad un cúmulo de personas en todo el mundo.

El lenguaje deportivo es herencia de esa realidad, en especial anglosajona. Muchos de los conceptos y términos vienen del “viejo continente”, especialmente de Inglaterra y existe la dificultad de la adaptación de éstos términos y de la incorporación de determinadas innovaciones, no siempre acertadas. Veamos algunos ejemplos:

Amateur: Deportista aficionado que practica y participa por placer o amor al deporte sin esperar recompensa.

Backspol. (Softbol y Béisbol). Valla o malla situada detrás del receptor.

Ball Trap: (Tiro) Aparato para lanzar paltos u objetos.

Catcher: (Béisbol y Softbol). Receptor.

Clinch: (Boxeo) amarrarse, abrazarse o cogerse los boxeadores entre sí.

Chalenger: Retador.

Cross Country: (Atletismo). Carreras con Obstáculos a campo traviesa.

Derby: (Equitación) Carrera de Milla y media para potros de menos de tres años.

Flicflac : ( Gimnasia). Ejercicio gimnástico que consiste en realizar un volteo hacia atrás partiendo de la posición de pie.

Fly: (Béisbol y Softbol) . Cualquier bola bateada que se eleva en el aire

Home Run (Béisbol y Softbol). Plato, base, meta, lugar de partida y llegada de los corredores.

Machpoint: ( Tennis de campo). Punto de partida.

En cuanto al dequeísmo y al antidequeismo encontramos que es común escuchar en los programas deportivos frases como “estoy seguro que el equipo mejorará…”, “pienso de que se ha hecho un buen trabajo…”, etc.; cuando lo correcto sería decir “estoy seguro de que…” y “pienso que…”.

Un truquito para identificar cuando se debe usar de antes de que, consiste convertir la oración que vamos a escribir o a pronunciar en pregunta: si queremos referirnos a estar seguro de algo entonces nos preguntamos ¿ de qué estoy seguro? Si vamos a hablar de pensar en algo entonces preguntamos ¿ qué pienso?

También es frecuente el mal uso de las contracciones gramaticales. El Español sólo tiene dos contracciones: al y del, que surgen de unir las preposiciones a y de con el artículo el, y cuyo uso casi nunca es correcto en el discurso deportivo. Por ejemplo se dice “el jugador fue transferido a el América de Cali…” o “el jugador ya es de el América de Cali…”. Lo correcto es decir: “al América…” y “del América…”.

La excepción de esta norma se da cuando se habla de nombres propios que incluyen el artículo el: “el atleta viajó a El Santuario…” “…el jugador fue transferido a El Nacional del Ecuador…”.

Los narradores y comentaristas deportivos caen con frecuencia en el error de utilizar términos que les escuchan a sus colegas, sin preguntarse si esa palabra existe o si significa la que se quiere expresar. Es común escuchar la palabra “falencia” cuando a lo que se refieren a una carencia de un deportista o de un equipo, por ejemplo: “la principal falencia del poderoso es que no tiene un volante de creación…” y si buscamos el significado de falencia encontramos que este término quiere decir error y quiebra de una empresa.

En la pasada final del fútbol profesional colombiano se puso de moda la palabra revulsivo para referirse a un equipo que jugaba mal en el primer tiempo pero en el segundo cambiaba totalmente: “ por fortuna el Medellín es un equipo revulsivo y en el segundo período mejorará su actuación…”. Revulsivo es derivado de revulsión, que significa irritación local provocada, ¿o sería qué los comentaristas querían expresar que el Medellín es un equipo que provoca irritaciones locales? En ese caso no sería una fortuna ni para el Medellín ni para sus hinchas.

Al fútbol colombiano vienen muchos jugadores argentinos con gran cantidad de términos que de inmediato ingresan al listado de palabras de nuestros cronistas deportivos, quienes los usan sin detenerse a indagar acerca de sí son correctos o no. En esta categoría encontramos entreno en lugar de entrenamiento y revisación médica en vez de revisión médica, para sólo mencionar dos perlas de las muchas llegadas desde el sur del continente.

Otro vicio muy arraigado en el periodismo deportivo es el de convertir los sustantivos en verbos, por ejemplo el sustantivo recepción que es la acción de recibir, fiesta que se ofrece en honor de alguien o de unos recién casados, sitio de admisión en edificios y oficinas, se convirtió en el flamante verbo recepcionar: “el delantero recepcionó con el pecho y remató al arco…” “el balón surca las nubes y Valderrama recepciona con la pierna derecha…”.

Con respecto al lenguaje, Hugo Ramírez Ospina, psicólogo antioqueño, indica que: “ no es tan inocente como nosotros creemos. El lenguaje hace que las cosas sucedan, es acción. Por eso en la ontología del lenguaje se habla de que nosotros somos lo que somos por el lenguaje” 7. Y agrega el psicólogo “paisa”: “ Yo le digo a una persona “perdón” y cambio cuatro años que perdí con ella. De pronto le digo a otra persona “gracias” y solamente esa expresión cambia mi relación con ella y yo me encuentro con una persona y trabajo cinco años con ella, y de pronto le digo “tu me gustas” y mañana el encuentro de nosotros es diferente “ 8

Nos enteramos a través de los medios de comunicación que nuestro país está en crisis, que el clima es denso y muy convulsionado. El lenguaje que escuchamos depende de quien está haciendo el planteamiento. Es así, para dar un ejemplo, que los muertos de la guerrilla son bandoleros para el ejército, si los muertos son del ejército, fueron salvajemente asesinados por la guerrilla.

En todo este proceso tan agresivo, de guerra, que estamos viviendo, debemos, entonces, tener presente el lenguaje. Yo pienso que no podemos hacer paz mientras no cambiemos las estructuras lingüísticas. Nosotros somos lo que somos por le lenguaje. Primero se planteaba que el hombre es un ser racional, hoy se dice que el hombre es un ser lingüístico. El lenguaje nos constituye en lo que somos nosotros.

La psicología popular tiene una frase muy bonita: Dime cómo hablas y te diré quien eres 9. El lenguaje de un pueblo es el reflejo de su alma. Nosotros difícilmente saldremos de un proceso conflictivo mientras estemos en una balacera lingüística en todos los dominios del saber.

Esta situación la estamos percibiendo en el terreno del deporte, es que la actividad muscular ni siquiera escapó de ese lenguaje agresivo. Cuando estamos en fútbol escuchamos expresiones como éstas: tiro de esquina, fusilaron al portero, el jugador hizo un disparo, el delantero sacó un riflazo, el balón como una bala atravesó la red. Es decir: un lenguaje totalmente bélico

Los periodistas deportivos emplean un código connotativo plagado de figuras retóricas. Este código está formado por varios subcódigos: El subcódigo militar-patriótico, el económico, el erótico, el cultural-artístico, el festivo-cotidiano, el religioso-mágigo. Cada subcódigo es un universo de referentes poéticos, en catalogo de figuras con los cuales se compara la acción de los jugadores y la actividad que se genera en el partido de fútbol 10.

En el primer subcódigo, el fútbol es una actividad análoga a un rito guerrero, es un “duelo” entre iguales. El discurso periodístico deportivo revive en cada partido esta vieja analogía con términos lingüísticos que connotan violencia, interpretando el juego arriesgado y creativo del fútbol como un acontecimiento militar. ES una guerra en la que se utiliza todo tipo de armamento ofensivo: fusiles, cañones, morteros, misiles, etc ( Golpear duro el balón desde los once metros es “fusilar” el portero; un “tiro” duro al arco es un “Cañonazo” o un “riflazo”; cuando un jugador falla en su intento de pegarle a la pelota se dice que “se le encasquilló el guayo”). En la cancha hay dos ejércitos( dos escuadras, dos legiones)que, respetando las reglas como en lo combates antiguos tratan de llegar hasta el fondo del territorio contrario, aspiran a derribar las últimas posiciones enemigas. El vencedor impone el orden y somete al otro.

En las confrontaciones internacionales entre seleccionados nacionales, el prestigio del país está en juego. Son un campo abonado para la expresión de un nacionalismo cerrado y agresivo. El espectáculo deportivo es un ritual de confrontación que se dirime en un terreno convencional ( en un terreno neutral, una cancha de fútbol y un estadio) . El equipo se compara con un ejercito que conquista glorias y honores para el país o la región, que ataca(“no da un brazo a torcer”), que defiende su territorio (“al invasor”),. Como el triunfo se premia con condecoraciones, la derrota es una vergüenza: es “Una página oscura de la historia”, un desastre histórico. Los jugadores son héroes gloriosos (“los once leones que se batieron”) símbolos patrios que exaltados hasta el límite del valor lo entregan todo.

En el subcódigo económico el equipo cuando triunfa es “una maquina que crea riqueza” , es una ”fábrica de goles”. A lo largo del partido el jugador “ahorra” “gasta” o “administra sus energías”, “explota sus recursos” “produce resultados”. Cuando un jugador tiene una actuación deficiente y de un momento a otro hace un jugada brillante se dice que “saldo la deuda con el público”; un buen portero “es un garante”; el desempeño de un equipo se traduce en que se le “contabiliza” las oportunidades de gol, se le “hace un balance positivo o negativo” después de cada jornada ; cuando se gana “se logra la eficiencia , se “logra un buen coeficiente”. Hay otros conceptos económicos como: “hace un buen negocio”, “bonifica”.

Además, la relación del hincha con su equipo es vista como una relación amorosa: Como un ídolo. El eros y el thanatos, el amor y la muerte se expresan en la cancha. En el subcódigo erótico el gol como un coito, es un ascenso repentino que desemboca en un clímax explosivo. El balón “besa la red”, “acaricia las manos del portero”; el gol es como una ruptura del himen, la portería que no ha sido vencida “permanece virgen y “el primer gol es como el primer amor” pues se conserva en el recuerdo para toda la vida. Quien tiene la posibilidad de ganar “acaricia el triunfo”. “la pelota es como una mujer : vamos a ver quien la trata mejor” “. El que busca durante todo el partido la pelota y la mete a la red y hace el gol “se saca la espinita”.

También, es frecuente hacer referencia al discurso religioso, a los ritos litúrgicos y el corpus doctrinal del catolicismo. Con estas comparaciones la fiesta profana del balompié, se sacraliza. El partido tiene ecos mágicos: el director técnico “tiene la varita mágica para cambiar el accionar del equipo”, en le campo “ se realizó un conjuro”, el jugador estrella “está dotado de una chispa divina” , con su ingenio y buena suerte “puede hacer un milagro” ,el equipo tuvo “ que traer una camándula para contar los goles”. Un gol difícil es “esperar un milagro”. El estadio es “la cancha sagrada”, “la catedral” o “ el templo”, es el lugar del culto; jugar de visitantes y ganar es “profanarlo”. El gol es el objeto principal del culto . Los goleadores celebran sus anotaciones de rodillas y con las manos levantadas dando “gracias al altísimo” Cuando se inicia el partido y la suerte está echada “que sea lo que Dios quiera”. Las derrotas en un campeonato o evento internacional también tienen analogía religiosa: Cuando un equipo favorito pasa a decepcionar a su público se dice que “fue al cielo y se devolvió” “Pasó de las puertas del cielo a las del infierno”. El arbitro tiene un perfil sacerdotal, los asistentes arbitrales son sus coadjutores . El árbitro condena con la tarjeta roja que e convierte en “un pecado mortal” o con la tarjeta amarilla que es “un pecado venial”.

Lo anterior con respecto a los subcódigos en el lenguaje deportivo, de los que habla el Semiologo y comunicador Federico Medina Cano. La prensa escrita no ha escapado a este flagelo del lenguaje agresivo y violento. Hemos hecho un sucinto análisis de este tipo de lenguaje en el periódico. Hay titulares y frases como éstas: “Mañana Antioquia en la pelea” ¿ y quién dijo que íbamos a pelear, cuando lo que realmente era que nos íbamos a reunir con otras personas y a disfrutar de otra cosa? ; “Crucial choque futbolero”, es que cuando uno se imagina que hay un choque, ya de lo que se está hablando es de damnificados, de agresión y de sangre y de terrorismo.

Cuando se dice esta frase: “ El equipo tiene en sus filas a Rubencho” Es que filas es una cuestión marcial. Se imagina que es un soldado y no un futbolista. Hernán Dario Gómez, director técnico de la selección ecuatoriana de fútbol, dio estas declaraciones antes del partido contra Brasil: “ Mañana saldremos con todas las baterías al campo de batalla, porque daremos la guerra hasta el final, vamos a quemar los últimos cartuchos” ¿ Cuál es la diferencia de esto con una quema de una población? ¿ Cuál es la diferencia de esta expresión lingüística con una masacre en un poblado? La gente se prepara para un partido, como los televidentes, cuando la guerra del golfo Pérsico, que la pasaban por televisión: era otro programa más de suspenso.

Solamente analicemos los sobrenombres de algunos deportistas y eso le da la idea a uno de por dónde estamos caminando: “El Bombardero” de Barranquilla; ¿Pero que tiene que ver una persona con mucha potencia en sus piernas con una maquinaria bélica?; “El misil” Restrepo; ¿Qué puede sentir una persona con ese nombre?; “ El matador” Salas o “El Panzer” Carvajal; como si esto fuera un escuadrón o una unidad alemana que está en conflicto bélico con otras personas. Otro apelativos como “El artillero del equipo”, “El Búnker” de la selección, “El estratega de la escuadra”, son otros claros ejemplos de lenguaje bélico del balompié.

Observemos el boxeo. Sólo con decir: “mañana será la pelea” ya se indica que no es un deporte. No es la agilidad de la persona que tiene una filigrana corporal para hacer un deporte, sino que es un combate: “mañana va a haber un combate”, exactamente como pasa en las montañas de Colombia. Que el boxeador bajó la guardia o Asalto como las secciones, los segmentos en que se divide un encuentro de boxeo, ¿un asalto? , uno se imagina un atraco.

Además, y en ese mismo orden de ideas, cuando el "pecoso" Castro dirigía al Cali, era un técnico mañoso y tramposo, pero cuando vino al Medellín, era un gran estratega.
Calero era un payaso en el Cali, pero era el "show-man" Calero en el Nacional.

Recodamos que Antony de Melo, a través de uno de sus personajes, manifestaba que si alguien de otro partido llegaba al nuestro, era un converso. Y que si alguien se retiraba de nuestro bando, era un traidor.

Todo depende del cristal con que se mire.

El deporte es confrontación, competencia individual o colectiva. El deporte es un sustituto, es sucedáneo de la guerra 11.

Los términos que se escuchan en la transmisión radial futbolera obedecen más a los de una batalla: dispara, ataca, patea, defiende, pega fuerte, agrede, enemigo, cuchillada, etc. En síntesis, es un lenguaje guerrero, se habla de falta y de castigo.

Uno no puede decir: El jugador levanta la pierna y con su guayo toca el balón tan fuerte que llega al rincón donde el arquero no puede llegar, lo único que uno puede decir es dispara. El deporte como sucedáneo de la guerra contiene un lenguaje guerrero, una actitud guerrera que predispone a los contendores a eliminar al contrario sin consideración alguna, pues se trata de vencer al oponente a como de lugar.

Los juegos olímpicos nacen en la Grecia antigua. Los pueblos que mantenían disputas, que se iban a la guerra según la necesidad, se idearon una forma de pelear sin arriesgar muchos muertos, eligiendo a un representante por bando para que se enfrentaran en una lucha. El pueblo victorioso era el del gladiador ganador. La lucha de David y Goliath.

Con el tiempo, se fueron ideando diversas competencias en las que se podía demostrar la destreza, el poder, la inteligencia, la fuerza, fue así como fueron naciendo los juegos olímpicos. Se realizaban para unir los pueblos, para zanjar las disputas internas, para dar término a todas las dificultades que obstaculizaban la terminación de un acuerdo.

En un mundo convulsionado, en que los odios étnicos, culturales y religiosos están al orden del día, el deporte como expresión de identidad, se convierte en instrumento político que esgrimido y manipulado por los gobiernos, exacerba los ánimos y fomenta un malentendido patriotismo que decanta en chauvinismo y xenofobia patentizado en las barras bravas y los grupos neonazis o cabezasrapadas.
La globalización ha hecho que la gente responda a esta invasión neoliberal con tradiciones de la cultura local. En los Estados Unidos, en los últimos quince años no se ha creado un solo puesto de empleo. La crisis es mundial.

Los hinchas manipulados por agitadores anarquistas son capaces de matar diluyendo la culpa pues lo hacen en grupos considerables, luego nadie es culpable. Los medios tienen gran incidencia en este comportamiento. Las arengas son en contra del oponente.

El deporte, concebido al principio como reemplazo de la guerra, tiene que ser constructor de paz y no de violencia. Y para hablar de paz, necesitamos de una zona de despeje lingüístico, en donde tuviéramos tener, por lo menos, acantonadas a las personas que están haciendo ese daño.

Pero.. ¿Quiénes son los “culpables” de esta balacera lingüística?

Federico Medina Cano, semiologo y profesor de la Facultad de Comunicación Social de la Universidad Pontificia Bolivariana, indica que en la transmisión deportiva se articulan dos tipos de discursos: la narración y el comentario. No son independientes, los dos se integran aunque cada uno de ellos cumple una función diferente 12.

En la narración el sujeto de la enunciación en la transmisión deportiva asume frente a los sucesos a los que debe referirse una actitud narrativa. Lo que ocurre en el terreno de juego lo acomoda el narrador a la s reglas, a los códigos, a los modelos de narración conocidos, la acción se estructura según un orden temporal. Sigue la acción paso a paso y construye, en su discurso, la secuencia lineal de los sucesos, con sus actos grandes o pequeños. Su actividad está determinada por la unidireccionalidad del tiempo.

Cuando el periodista elige la estructura narrativa le impone a los hechos un determinado formato. Toda narración es una instancia cultural que se sobrepone a la realidad con el fin de hacerla comprensible y legible. El narrador es un fabulador que en su trabajo selecciona, omite arbitrariamente parte de los acontecimientos y recompone lo ocurrido.

El comentario es un tipo de discurso diferente a la narración y obedece a lógicas distintas. Es mucho más libre e imprevisible. Como un juicio sobre la acción es más abierto en su formal. Es un discurso interpretativo y valorativo que acompaña la narración. No está determinado por el tiempo ni busca la secuencia temporal. Es atemporal. El comentarista interviene sólo cuando la acción lo requiere; analiza, recapitula, evalúa, pronostica, hace conexiones con otros partidos, busca antecedentes y consecuentes de lo que ocurre en la cancha.

El narrador acompaña la acción casi inmediatamente se produce; el comentarista hace un corte en la acción y con la información que posee desentraña el sentido último de una jugada y su trascendencia para el equipo.

Los locutores(Narrador y comentarista) se caracterizan por su tono ponderativo y ennoblecedor. La narración la llenan de dramatismo y la cubren de emociones, la embellecen y la presentan del modo más sugestivo y minucioso con su lenguaje pintoresco, su fluidez verbal, su embriaguez lírica, magnifican lo ocurrido, dan testimonio de lo grandiosos de las acciones, del camino arduo hacia el gol.

En el discurso de los locutores deportivos, las alusiones, comparaciones y metáforas con todas las manifestaciones de la vida cotidiana son constantes. Es un verdadero discurso fáctico en el que la verborrea y toda la retórica literaria son utilizadas para mantener la comunicación 13.

Nosotros somos el lenguaje. El lenguaje es energía. El lenguaje nos constituye en los seres que somos. De ahí esa zona de despeje que proponemos. ¿Será posible?
......................................................


1 ROOSEVELT CASTRO B. Comunicador social-periodista e historiador de la Universidad de Antioquia. Diplomado en Comunicación Deportiva de la Universidad Pontificia Bolivariana, en convenio con la ACORD-Antioquia. Ha hecho parte de diferentes proyectos periodísticos tanto en radio como en prensa. Fundó, en su colegio, el periódico “El Ideal Juvenil”, y fue cofundador de la revista deportiva “Goles y comentarios”. También, realizador y creador de otra publicación deportiva llamada: “Sólo... Fútbol Aficionado”. Ha publicado en las revistas:”Tribuna del Hincha”, “Cierto” y en http://www.vivalacultura.com/ , http://www.idiomaydeporte.com/ y www.futurosperiodistas.com En la primera tiene un análisis del lenguaje deportivo que tituló: “El periodismo deportivo: ¿Una balacera lingüística?.

Así mismo, ha publicado en los periódicos:“Ruta Omega”, “ Good News From Colombia” e igualmente ha laborado en los programas deportivos radiales: “Goles y Comentarios”, “ Pantalla deportiva”, “Deporte – Deporte”, “ Gente, Deporte y Punto”, “ Hora trece del deporte”, “Sábados de fútbol Aficionado”.

Las últimas incursiones en radio deportiva han sido “El Despelote Deportivo” (Una fusión de deporte y humor, con transmisión radial desde el estadio Atanasio Girardot), “Los lideres del Deporte” ( Espacio radial que quiere mostrar la cara humana del deporte), “La Fuerza Deportiva” ( Programa radial que genera información desde el lugar de los hechos), “fortín Rojo” ( Tribuna deportiva dedicada al denominado “equipo del pueblo”. El Deportivo Independiente Medellín) y “El Preliminar” ..Por humor al deporte (Programa radial que combina tres componentes: Humor, deportes y valores)

Además, ha adelantado varios proyectos periodísticos tanto en radio, prensa, Internet, como en televisión, entre los que se cuentan:” La gran ciudad” (Conjuntamente con Carlos Alberto Bermúdez. Un espacio que pretende ser constructor de ciudad, con un periodismo más humano y reflexivo) “ Goles, sólo goles” ( Un espacio que pretende ser pionero de radio deportiva en la Internet en Colombia), “El pitazo final” ( un proyecto fílmico que quiere mostrar el submundo del fútbol en Medellín), “Fútbol Aficionado” ( Una publicación deportiva , especializada en balompié aficionado ), “El sueño de los pibes” ( Proyecto radial que busca rescatar las ilusiones de muchos niños y adolescentes para convertirse en futbolistas profesionales. Además, ir en la búsqueda de esos “Héroes anónimos” que se desgastan psíquica, anímica y económicamente por el fútbol aficionado y no tienen un reconocimiento importante a su labor) “Tarjeta Roja a la violencia”( Proyecto de campaña tendiente sensibilizar a los amantes del fútbol para bajar los niveles de agresividad y violencia en el Atanasio Girardot.),“¡Qué viva el Fútbol!” (Proyecto de radio y televisión que quiere mostrar la cara humana del “deporte de multitudes” por intermedio de la crónica, el reportaje y el perfil).

Sus últimas “locuras” las realiza por Cable Unión de Occidente y sus canales 2 (CNC) y 8 (Expresiones de Antioquia). La primera se llama “La pelotera Deportiva” ” (Una caricatura de un programa deportivo, con una sana mezcla de deporte y de humor) e “Historias a la redonda” es la segunda propuesta en donde se conjugan varios géneros periodísticos poco trabajados como la crónica, el reportaje, el perfil y los documentales. Integró, hace cuatro años, la Unidad Investigativa de “Wbeimar lo Dice”.

Hace parte de la Asociación Colombiana de Redactores Deportivos (ACORD-Antioquia), del Círculo de Periodistas y Comunicadores Sociales de Antioquia–CIPA-y de la Asociación Colombiana de Entrenadores de Fútbol (ASCENFUTBOL) Además, de la “Mesa de trabajo por el Juego Limpio” en el fútbol aficionado antioqueño y del Colegio de Árbitros de Fútbol de Antioquia.

[1] MEDINA PEREZ, Gonzalo. Sueños a la redonda”.
Medellín. ED. Ventana Creativa, 1998.
[2] La expresión es del periodista costeño Fabio Poveda Márquez. Para una mayor comprensión ver a:
POVEDA MARQUEZ, Fabio.
Ídolos con pies de barro.

[3] El Nobel colombiano, Gabriel García Márquez, fue contundente en el marco del Primer Congreso Internacional de la Lengua Española realizado en Zacatecas(México), hace más de tres años. “Gabo” planteó la importancia y el poder de las palabras en su polémico discurso:

“ A mis 12 años de edad estuve a punto de ser atropellado por una bicicleta. Un señor cura que pasaba me salvó con un grito: ¡ cuidado!. El ciclista cayó a tierra. El señor cura sin detenerse, me dijo: “¿Ya vio lo que es el poder de la palabra? “. Ese día lo supe. Ahora sabemos, además, que los Mayas lo sabían desde los tiempos de Cristo, y con tanto rigor que tenían un dios especial para las palabras”.

GARCÍA MÁRQUEZ, Gabriel.
“Botellas al mar al dios de las palabras”
En: Literario Dominical, “El Colombiano”(Medellín, 27 de abril de 1997) Pág. 2
3 De ahí nuestro epígrafe. TODOROV, Zvetan. “ El mundo según Constant”
4 En el prólogo de su libro “Sentir que es un soplo la vida”, el periodista y escritor antioqueño Juan José Hoyos nos muestra, de una manera muy atinada y sucinta, la historia del periodismo colombiano. Hoyos recrea el poder de contar historias y de maravillarse ante ello:
“ ....Un día comprendí, por fin, las palabras de que dijo el Jaibaná Salvador
cuando mi amigo le entregó el tambor. El hombre que cuenta una historia
tiene más poder. Un poder que no puede medirse con votos (....)pero que a
su modo es superior a todo esos...”.

HOYOS, Juan José.
Sentir que es un soplo la vida
Medellín, ED. Universidad de Antioquia, 1994. 550 Pág.

5 Un compromiso serio y eficaz del periodismo es, a nuestro real entender, servir de "garantes" entre los que lo tienen todo con los que nada poseen o lo han perdido todo.
Un ejemplo de ello fue el realizado por el periódico "El Tiempo" una semana después del terremoto de Armenia y reseñado por su" defensor del lector"; Javier Darío Restrepo, en un articulo titulado: " Entre el poder y el servicio". El connotado periodista indica con respecto al periodismo de servicio:
"...En los diarios de los EE.UU. se está extendiendo la convicción de que ésta característica- la del periodismo de servicio, agregamos- forma parte de las señas de identidad del periodismo moderno.

Cuando se examinan sus formas de expresión, la conclusión es que se trata de "un material que induce al lector a actuar", o como lo afirma James Autry, de la editorial Meredith: " Es el periodismo que va más allá de la mera entrega de información (porque) el lector hará algo como resultado de la lectura; eso significa hacer algo que mejorará la vida del lector... ".

RESTREPO, Javier Darío.
" Entre el poder y el servicio".
En: "EL TIEMPO" (febrero 7 de 1.999) Pág. 2A.
6 Más adelante indica el escritor “paisa” Hoyos Naranjo :
“ ....Las historias pueden causar estragos. Las historias pueden explicar la
vida en todas sus infinitas e inagotables manifestaciones. La gente no puede vivir sin historias. Y a veces, con un poco de suerte, una historia puede convencer
a unos lectores que devuelvan un tambor. Las historias son muy poderosas. El Jaibaná Salvador, como sucede a menudo con los brujos, esta vez también tenía toda la razón”

HOYOS, Juan José. Op.Cit. pag. 31

7 RAMIREZ OSPINA, Hugo.
“El Arsenal de las palabras”
En: Literario Dominical “El Colombiano”
(Medellín, 15 de octubre de 2000). Pag. 8 - 9
8 IBID. Pag. 8
9 La profesora Angela María Jaramillo, del curso de contexto Psicología de la Comunicación, indica que : “El lenguaje “materializa” nuestras lógicas internas”
JARAMILLO, Angela María.
Notas de clase del curso “Psicología de la Comunicación”
Facultad de Comunicaciones U de A- 1999-2
10 MEDICA CANO, Federico. Panel: “Tendencias de la narración en la actualidad”
Narración y comentario Deportivo.
Memorias del seminario “Comunicaciones hacia el 2000”.
Cicrodeportes Antioquia, Diciembre de 1994
11 Muchas de las consideraciones acerca del contenido bélico en el lenguaje fueron debatidas en una interesante tertulia realizada en la Asociación Colombiana de Redactores Deportivos ( ACORD- Antioquia) , el 23 de mayo de 2001, bajo el titulo “Agresividad en el lenguaje deportivo”.
ALZATE, Néstor Armando, SERNA, Juan Manuel. Et Al.
Tertulia: “Agresividad en el lenguaje deportivo”.
ACORD-Antioquia, 2001 (Cassettes)
12 MEDINA CANO, Federico. Op. Cit.

13 PICÓN GARCÍA, María Luisa. “Dos aspectos de la semiología del discurso periodístico. Citada por MEDINA CANO, Federico. “Los narradores deportivos y sus epopeyas cotidianas”. En : Estudios sobre las culturas contemporáneas. Vol. 1 No. 2 ( Diciembre 1995) pag. 86