(Reflexión acerca de la modernidad y la posmodernidad[1]) “Cuando el viaje emprendas hacia Ítaca, vota porque sea larga la jornada, colmada de aventuras y experiencias .No debes asustarte Lestrigones, ni cíclopes, ni el airado Poseidón. No los encontrarás sino lo llevas tú dentro del alma, si tú alma no los hace erguirse enfrente” (K. Kavafis) “:..Las sirenas del capital cada vez cantarán mejor” (William Ospina en “Es tarde para el hombre”) Por: Roosevelt Castro B § ¿Qué tal sería si tuviéramos una maquina del tiempo y pudiéramos traer al legendario héroe griego Ulises? ó ¿Tuviéramos el poder de volverlo a la vida como lo hizo Homero en “La Odisea”?. ¡Vaya blasfemia!, gritarían aterrorizados algunos. Propongámonos, por “gimnasia mental”, extrapolar al famoso héroe y comparémoslo con el devenir de la humanidad, desde el renacimiento hasta hoy, los albores del siglo XXI y poder entender lo que es la posmodernidad ¿Les parece utópico?. Pues a mí también, pero intentémoslo. “La Odisea” de un ulises ¿moderno[2]? ó ¿posmoderno[3]? Cuando Ulises llegó a la edad viril[4], su padre, Laertes, le entregó el reino de Ítaca, con todas sus riquezas [5]. Establecido ya, decidió buscar una esposa, y para ello acudió al palacio de Tindáreo, atraído por la belleza de Helena. Pero al darse cuenta de que ésta tenía muchos pretendientes y de su imposibilidad de conseguirla, decidió solicitar la mano de la hermosa Penélope, hija de Icario y sobrina de Tindáreo. Para conseguir su cometido, Ulises se ganó la confianza de Tindáreo para aconsejarle después que obligase a los pretendientes de Helena a jurar que respetarían la elección que ella hiciera y que defenderían al elegido ante cualquier posible agravio. Tindáreo agradecido intervino para que Ulises consiguiera la mano de Penélope. [6] Después de dos años de matrimonio se produce el rapto de Helena por parte de Paris, estallando la Guerra de Troya. Menelao, marido de Helena, empieza a reclutar los antiguos pretendientes de su mujer para que cumplieran su juramento. Ulises no quería abandonar a su joven esposa Penélope y decidió fingir que estaba loco[7]. Obligado a partir, Ulises llegó a Troya al frente de dos naves, que quedaron varadas[8] junto a la ciudad, en el centro del campamento griego. Después de numerosas hazañas, y ante el cansancio de los soldados griegos por la duración del sitio, Ulises urdió una atrevida estratagema, que le sirvió para ganar la guerra. El héroe propuso la construcción de un enorme caballo de madera, capaz de albergar en su vientre un batallón armado. Así mismo hizo correr el rumor de que los griegos se rendían y aquel caballo era una ofrenda a Minerva para obtener por su intercesión un regreso a su patria. Después de introducir los 30 guerreros ente los que se contaba Ulises, los griegos simularon su retirada escondiendo sus naves en la cercana isla de Tenedos. Al saberse en Troya la retirada del enemigo griego, las puertas de la ciudad se abrieron de par en par[9], y muchos salieron al exterior para transportar el enorme caballo. Por la noche los guerreros griegos descendieron del caballo, colocándose en lugares estratégicos, mientras las naves regresaban y sus ocupantes penetraban en la ciudad por la brecha abierta para introducir el equino. Poco después Troya era incendiada, saqueada y se sembraba la muerte entre sus habitantes. Ítaca (la modernidad[10]): un viaje largo y tortuoso Ulises decidió, entonces, regresar a su amada patria: Itaca, pero un fuerte viento [11] lo desvió de su rumbo, comenzando así una larga serie de aventuras y viajes que constituyen el tema de la odisea y que narran los esfuerzos del héroe para regresar a Itaca. Los vientos lo llevaron, en primer lugar, a Tracia, al país de los Cicones, donde tomó la ciudad de Ismaro y mato a todos sus habitantes menos a Marón [12], sacerdote del Dios Apolo. Este, como muestra de agradecimiento, le obsequió con 12 de jarras de vino delicioso. Emprendiendo de nuevo su viaje, Ulises navegaba con rumbo sur cuando una violenta tempestad lo alejó de su ruta, empujándolo hasta el país de los Lotófagos, en la costa de Tripolinia. Allí, Ulises envió a varios hombres a informarse sobre sus habitantes, quienes le dieron de probar el fruto[13] del país, el loto, que era demasiado exquisito. Hasta tal punto que el héroe tuvo que llevarse por fuerza a sus compañeros decididos a permanecer allí a cualquier precio. La siguiente escala tuvo lugar en la Isla de las Cabras. Allí los viajeros pudieron recoger abundantes víveres. Se hicieron de nuevo a la mar y llegaron a la Isla de los Cíclopes. Ulises desembarcó, llevando una jarra de vino para ofrecerla como presente. Cuando legaron a la cueva del cíclope Polifemo [14] vieron quesos, leche fresca y cuajada: Los compañeros del héroe sugirieron tomar los víveres y marcharse, pero Ulises prefirió esperar al dueño de la cueva que no tardó en llegar. Polifemo no los atendió con la hospitalidad que pretendían, los encerró en la cueva y devoró a seis de sus hombres. Ulises emborrachó a Polifemo quien le preguntó su nombre al héroe. Este contestó: ¡Me llamo NADIE! Con los sobrevivientes fraguó la venganza. Con una antorcha le quemaron el ojo. Sus vecinos, al escuchar los gritos, acudieron en su ayuda pero al decir de Polifemo “Nadie me está atacando “se alejaron creyendo que Zeus lo había castigado con la locura. A la mañana siguiente, Polifemo quita la pesada roca que taponaba la cueva de la entrada para dejar salir a su rebaño y Ulises y sus hombres logran escapar atados al vientre de los carneros. Aventuras, amores y castigos en la modernidad El héroe llegó a las Islas Eolias donde vivía Eolo, Dios de los vientos [15], quien se mostró amable y hospitalario con Ulises y, como regalo de despedida, le entregó un odre que contenía todos los vientos, menos una suave brisa que había de conducirle directamente a Itaca. Ya se veían en las costas cuando Ulises se durmió y sus hombres, creyendo que el odre contenía oro y riquezas, lo abrieron soltando los vientos huracanados que impulsaron de nuevo las naves hacia el país de Eolo, quien no lo le pudo seguir ayudando. Reanudando la navegación al azar, los barcos fueron a parar al país de los Lestrigones, al norte de Campania, donde vivían unos gigantes antropófagos[16]. Antifate, rey de los Lestrigones, y sus súbditos los recibieron arrojándoles enormes piedras sobre los barcos de Ulises. Solo el héroe griego logra soltar la cuerda que sujetaba su cuerda y se hace a la mar. Ulises siguió remontando la costa hacia el norte con un solo barco y llegó a la Isla Ea, donde moraba la hechicera Circe. Ésta convirtió en cerdos a los compañeros de viaje del héroe enviados como exploradores, lográndose salvar Euríloco, quien le advirtió del peligro a Ulises. Hermes le informó [17], entonces, de la existencia de una hierba mágica que podía inmunizarlo contra los hechizos de Circe. Ulises efectivamente hizo caso de Hermes y luego de ingerir la hierba mágica asustó a la maga con su espada y la obligó a devolverle la figura primitiva sus compañeros. El héroe accedió después a las pretensiones amorosas de la hechicera con la que engendró a Telégono y permaneció un año en la isla. Cuando el héroe le pidió que le indicase el camino de regreso a Ítaca, Circe le dijo que debía visitar el mundo de los muertos, para que Tiresias le marcase el camino a seguir[18]. Luego de regresar a la Isla de Circe, Ulises emprendió una vez más el viaje a Ítaca, evitando los riesgos más peligrosos gracias a las instrucciones de la hechicera. Circe le había advertido sobre las sirenas que cantaban y hechizaban a cuantos pasaban junto a su isla, invitándolos a desembarcar en ella, para hacer después que se estrellaran y se ahogaran[19]. Como medida de precaución, Ulises tapó con cera los oídos de sus hombres y él mismo se hizo atar al mástil de la embarcación, dado instrucciones estrictas para que lo ataran lo más fuerte si intentaba soltarse. Pudo oír así el canto sirenas sin que el y sus hombres sufrieran daño alguno.[20] Luego pasó entre Caribdis y Escila. Sorteó varios riesgos y solo perdió a seis de sus hombres devorados por el monstruo de múltiples cabezas de Escila [21]. En Trinacia encontraron un grupo de vacas pastando cuyo dueño era el sol. Ulises prohibió a sus hombres que tocaran los animales pero sus hombres, haciendo caso omiso de la advertencia del héroe, devoraron a los mejores ejemplares. El sol se quejó ante Zeus y éste, cuando la nave se hizo a la mar, desencadenó una fuerte tormenta que destruyó el navío, lográndose salvar sólo Ulises. Nueve días después y asiéndose de un madero, Ulises llega a Ogigia, la isla de Calipso. Allí permaneció durante 10 años y fruto de sus amores con Calipso nacieron Nausínoo y Nausítoo. La atlante, enamorada como estaba de él, le ofreció la inmortalidad y la eterna juventud[22], pero Ulises prefirió regresar a su patria, junto a su amada Penélope. Llevaba 17 días navegando en una balsa de madera, cuando Poseidón, deseoso de vengar la ceguera de su hijo Polifemo, agitó de tal modo el mar[23] que el héroe pudo salvarse, a duras penas, nadando durante tres días hasta las costas de Esqueria. Allí es rescatado por Nausica, hija del rey Alcínoo, luego de despertar ante las risas de la joven bella y sus acompañantes. Ulises es conducido ante el rey y su esposa, Arte, donde narró sus aventuras en un banquete que realizaron en su honor. Después, en un barco del propio Alcínoo lo transportó hasta Ítaca, donde lo dejaron dormido. ¿Un final feliz? La ausencia de Ulises había durado 20 años y durante todo este tiempo Penélope, asediada por los numerosos pretendientes, lo había esperado fielmente[24]. Para ello se había servido de una estratagema: Le había prometido a los pretendientes que les daría una respuesta el día en que terminara una mortaja para el viejo Laertes y, para que ese día no llegara, durante el día trabaja en su labor y en la noche deshacía el trabajo diurno. Al despertar, Ulises encontró junto a él a Atenea, quien le explicó donde se encontraba y lo convirtió en mendigo. Con este disfraz se dirigió a casa de Eumeo, el jefe de los porquerizos, donde se reunió casualmente con Telémaco. Padre e hijo tramaron la venganza contra los pretendientes de Penélope y se dirigieron al palacio. Allí nadie reconoció a Ulises hasta que éste demostró su identidad al ser capaz de tensar el Arco de Eurito. Los pretendientes murieron a manos de Telémaco y Ulises y el héroe, para eliminar los escrúpulos de su mujer que no lo reconocía, le describió con detalle a cámara nupcial, que sólo ellos dos conocían. .............................. [1] Esta reflexión nace de intentar hacer una aproximación conceptual a la antinomia entre modernidad y posmodernidad. Además, entre modernidad y modernización, que han generado rupturas históricas para el devenir de Occidente. Un recurso poco usual para intentar lograr el cometido: se hará en forma de símil o metáfora utilizando como artificio el libro del griego Homero llamado “La Odisea”. [2] Una diferenciación conceptual entre lo antiguo y lo moderno la plantea Habermas. Dice el sociólogo alemán: “ De la historia conocemos la expresión: los antiguos y los modernos”. Permítaseme comenzar por definir estos dos conceptos. El término moderno tiene una larga historia que ha sido investigada por Hans Robert Jauss. La palabra moderno, en su forma latina modernus, se empleó por primera vez a finales del siglo V para distinguir el presente, que se había convertido oficialmente en cristiano, del pasado romano y pagano. Con contenido variable, el término “moderno” expresa una y otra vez la conciencia de una época que se pone en relación con el pasado de la antigüedad para verse a sí misma como el resultado de una transición de lo viejo a lo nuevo” HABERMAS, Jürgen. Modernidad versus postmodernidad En: Colombia: El despertar de la Modernidad. Pag. 17 [3] De otro lado, El postmodernismo está más marcado por el camp y el kitsch que por la nostalgia; en términos generales, carece de la gravedad propia de los artistas y movimientos modernos de principios de siglo. Sin embargo, puede considerarse como la consecuencia lógica de la ironía y el relativismo modernistas, que llegan a cuestionar sus propios valores. El tono lúdico de la posmodernidad hace que resulte más fácilmente asimilable por la cultura popular o cultura de masas. Por otra parte, su aceptación superficial de la alienación contemporánea y su transformación de la obra de arte en fetiche han sido objeto de acusaciones de irresponsabilidad política. Enciclopedia Microsoft® Encarta® 99. © 1993-1998 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos [4] Nosotros la denominaríamos “La mayoría de edad” que, según el concepto Kantiano, nos indicaría el proceso de “La Ilustración” y que es: “ es la salida del hombre de su condición de menor de edad del cual el mismo es culpable. La minoría de edad es la incapacidad de servirse de su propio entendimiento sin la dirección de otro. (...) ¡sapere aude! Ten valor de servirte de tu propio entendimiento, pues es la divisa de la ilustración. ”Vale decir: Pasar de una “minoría de edad “con estas características planteadas por Kant hasta llegar a esa, tan anhelada, “mayoría de edad”. KANT, Enmanuel. Respuesta a la pregunta: ¿Qué es la Ilustración? Traduc. R.J.V. Publicado inicialmente en Educación y Sociedad (Universidad Externado de Colombia)Vol. 1. No. 2. 1er. semestre de 1984 [5] Lo compararíamos con el floreciente capitalismo, que coayudó al triunfo de la modernidad, según se desprende de un análisis reciente que hace Jorge Orlando Melo. Indica el historiador colombiano: “Puede sostenerse que el triunfo de la modernidad representa la confluencia de tres procesos revolucionarios...En primer lugar la revolución económica, que generó por primera vez un sistema productivo en proceso de continuo crecimiento, capaz de sostener un aumento permanente y no cíclico de la población. Loe elementos centrales de ese proceso fueron el establecimiento del capitalismo, la vinculación estrecha entre el desarrollo tecnológico y proceso económico... ” MELO, Jorge Orlando. Algunas consideraciones globales sobre “modernidad” y “modernización” En: Colombia: El despertar de la Modernidad. Pag. 227 [6] Hoy por hoy esto se llama “alianzas estratégicas” y comparándolas con el contexto de la historia de Occidente podemos decir que un matrimonio logró concretarse: “el capitalismo y la democracia”. Bien lo decía el historiador Jorge Orlando Melo: “ “las diferentes doctrinas del pacto social condujeron a la formulación de una teoría política democrática, que se convirtió en la doctrina por excelencia de la sociedad capitalista moderna..” IBID. Pag. 227 [7] Cualquier parecido con nuestra realidad política es mera coincidencia, pues aquí, en nuestro país, muchos de nuestros dirigentes se hacen los locos e incumplen las promesas preelectorales que les realizan a sus copartidarios. [8] Como han quedado varadas las aspiraciones del hombre moderno para encontrar su verdadera esencia, en especial en el sistema democrático: “ debido a las dificultades que creó en el funcionamiento de la democracia la muy desigual distribución de poder económico y cultural dentro de la sociedad “, como nos lo hace ver el historiador colombiano Jorge Orlando Melo. MELO, Jorge Orlando . OP. Cit. Pag. Pag. 228 [9] Así , de par en par, como lo ha hecho nuestra civilización de Occidente a su nuevo “Dios”: La Razón. Con la ayuda de lo que el historiador colombiano Jorge Orlando Melo llamó la revolución cultural, ubicada en este contexto como avaladora del triunfo de la modernidad “Entre el siglo XVI y el Siglo XX se ha efectuado un paulatino desplazamiento de las formas de comunicación social. El papel de la iglesia y la familia en la transmisión de la tradición cedió ante la importancia creciente del sistema escolar formal,.., y ante le surgimiento de una industria cultural” IBID. 226 [10] ¿ Cuáles son los “orígenes” del mundo moderno?. Los historiadores del siglo XVIII, al tratar de determinar sus orígenes, tendieron a colocar la ruptura en el Renacimiento. Según el historiador colombiano Jorge Orlando Melo: “ Esta concepción encontró una magnifica expresión, en el siglo decimonónico, en J. Burckhardt, para quien el mundo moderno se caracterizaba por el triunfo de los intereses laicos sobre la visión religiosa” MELO, Jorge Orlando. OP. Cit. Pag 225. [11] Muchos fueron “los fuertes vientos” que ha tenido que soportar la historia de la cultura del hemisferio occidental, para consolidar el proceso de modernidad. A manera de metáfora intentaremos acercarnos a varios de los hitos que marcaron la historia de la idea de un mundo moderno para Occidente. Es que: “La idea de un mundo moderno – indica Jorge Orlando Melo- se afianza, como es sabido, en la polémica francesa entre los “ anciens” y los “modernes”, a finales del siglo XVII. Alrededor de esta polémica se constituyen la idea ilustrada del progreso, que sería el elemento central de la filosofía política e histórica del siglo XVIII, y la definición de la sociedad como un sistema perfectible” IBID. Pag 225 [12] Marón, fue el sacerdote de la tierra de los Cicones. Y el primer país que visito nuestro Ulises fue la tierra de los Luteranos. Transcurría la le segunda década del siglo XVI, cuando el fraile agustino, Martín Lutero, se promulga en contra de los predicadores de la Bula de las indulgencias. Este hecho histórico produce un gran cisma religioso: la división de entre luteranos y cristianos, que más tarde desencadenaría las “Guerras de Religión”. Además y en un proceso de “Longee duree” (Larga duración, como lo llamaría Fernand Braudel), la influencia protestante en el surgimiento del capitalismo y su impacto en la aparición del mundo moderno. Le sugerimos ver a: TROELTSCH, Ermst. “El protestantismo y el mundo moderno” México, (S.E.), 1951. [13] Uno de los frutos que comió la cultura occidental fue el de “La ilustración”. “Es que 74 años después de la muerte del monarca Galo Luis XV, conocido como “El Rey Sol”, ocurrida en 1715, el absolutismo entró en crisis generando La Revolución Francesa. Ya el movimiento ideológico de La Ilustración había dado “una mayoría de edad” a la sociedad de la época, puesto que los intelectuales acusaban de anticuada e ignorante a la religión, la educación, la economía y el gobierno. Aseguraban que “los hombres se perfeccionan gracias a la razón y que, iluminados por ella, podrían alcanzar la prosperidad y la felicidad. Por ello insistían en la necesidad de ilustrarse, educarse racionalmente y emplear la razón para descubrir las leyes que rigen la sociedad y así poder solucionar sus problemas..” CASTRO B, Roosevelt. ¿ Y ahora quién podrá defendernos? N de R. Reflexión realizada acerca de la imagen de los candidatos a la presidencia de Colombia para el curso Publicidad 1, orientado por el profesor José Eugenio Molina. [14] Los Cíclopes, cuya característica principal es la de poseer un solo ojo incrustado en la frente ( es decir, una sola mirada, para nuestra metáfora), y en especial el cíclope Polifemo, sería El Absolutismo francés. Una definición muy precisa, del absolutismo nos la brinda la historiadora Chris Cook, precisamente utilizando los conceptos de “viejo Orden”. Indica Cook: Ancien Régime (Francés, Antiguo Régimen, Viejo Orden): La estructura gubernamental y social imperante en Europa antes de la Revolución Francesa de 1789, Se les atribuye como principales características la monarquía absoluta o despótica, basada en el derecho divino de los reyes, y la división rígida de la sociedad en tres estamentos: La aristocracia, la iglesia y el tercer Estado ( la gente del común) IBID. Pag 1 [15] Los vientos de la ciencia y la ilustración, unidos al ideario político de la Revolución Francesa, han servido para que Occidente tome su rumbo hacia la modernidad y el “progreso”, pero, y como le aconteció a Ulises, también lo haga retroceder, pues como lo indica el escritor tolimense William Ospina:“.. la mentalidad moderna no sólo supone que el hombre es la criatura perfecta, que todo debe definirse con respecto a ella, que el planeta es su depósito ilimitado e inagotable de recurso, que el futuro es el escenario exclusivo de su confort y de su felicidad, que todos los ordenes de la vida le deben sumisión y respeto y que toda la materia le está irrestrictamente ofrecida, sino que ha convertido la ilusión de progreso natural en el fundamento de otra ilusión: la de que todo en la historia está gobernado por la ley del progreso... ¿Puede la mera lucidez (..)detener la carrera desenfrenada de los potros del progreso? Tal vez no sería imposible si la humanidad advirtiera que tras las seducciones de la publicidad, las provisiones de la industria, los prodigios de la ciencia, los refinamientos de la especialización y las maravillas de la técnica, subyace algo insensible y monstruoso que adulando al hombre , predicando su confort y su supremacía, lo espolea hacia la ruina.” OSPINA, William. “Es tarde para el hombre” Santafé de Bogotá. ED. Norma, 1994. Pags. 55. [16] El capitalismo salvaje con su comercio desaforado donde “todo tiene su precio” es el país de los Lestrigones. Sin más comentarios. [17] A la dinámica de la cultura occidental se le inserta un “nuevo ingrediente” : La información y con ella el periodismo. Dice un viejo que “ quien tiene la información, tiene el poder”. Habermas va más al fondo e indica que la información, en la época moderna, se había convertido en mercancía. HABERMAS, Jürgen . Historia y crítica de la Opinión Pública. ( S.F) El periodismo se convirtió en el estandarte de los “detentores del poder”. Como lo dice el periodista bogotano Antonio Caballero:“ La información de prensa juega el papel que Marx le atribuía a la religión: el opio del pueblo. Opio que se distribuye para mantener a la población en el error y en la ignorancia” y agrega: “¿Para qué?. Para mantener el Statu Quo. Es obligatorio e inevitable para que mantenga el poder de quienes tienen el poder que son, por casualidad, los dueños de la prensa” Además, añade el columnista capitalino: Depende de sus intereses: económicos en lo mezquino, espirituales en lo sublime y políticos en lo crudo. Instrumento para conservar el poder. La prensa que manda ni siquiera es libre pues esta sujeta a la lógica de sus propios intereses que es la de seguir mandando. “por ser instrumento de poder es contraria a una fuerza de liberación, aunque diga que está inspirada por un ideal de libertad”. En la practica: manipulación y control de la población. CABALLERO, Antonio. La manipulación de los medio en Colombia Bogotá: (S.E), 1994. [18] Muchos han sido los “ mundos de los muertos” en la historia de la humanidad, pero los más atroces, grandes y sangrientos son los dos conflictos bélicos en que se vio envuelta la humanidad el siglo pasado y que marcó “el camino a seguir” a los EE.UU., después de su triunfo en la Segunda Guerra Mundial. [19] “El canto de las sirenas” es la metáfora que utiliza el escritor colombiano para referirse al fenómeno de la publicidad. Indica Ospina que: “ Como el padre de Buda, la sociedad contemporánea parece empeñada en impedir que sus hijos se enteren de que existe la enfermedad, la vejez y la muerte. Al menos en Occidente cunde una suerte de religión de la salud, la juventud, de la belleza y de la vida que contrasta con el carácter cada vez más dañino de la industria, cada vez más mortífero de la ciencia y la economía. El instrumento principal de este culto es la publicidad que cotidianamente nos vende una idea del mundo del cual tienden a estar excluidos todos los elementos negativos, peligrosos o inquietantes de la realidad” OSPINA, William. Op. Cit. Pag 57. [20] ¿Será esa la verdadera solución al canto de las Sirenas de la publicidad a sabiendas que ésta utiliza grandes “armas” de seducción como la belleza y, como lo argumenta Ospina, es uno de los lenguajes más autoritarios que existen ? . Creemos que no. El calidoscopio de la realidad cambia a cada momento en los jirones desaforados y acezantes del ¡ compren! ¡Consuman! ¡Vendan!. [21] Para nuestra metáfora Escila es el proyecto partidista liberal y Caribdis el conservador, “importados” en nuestros proyectos políticos del siglo XIX por la elite dominante, que tantas guerras generaron y que no han logrado solucionar las necesidades básicas del pueblo colombiano. El monstruo de múltiples cabezas de Escila ese esperpento de constitución creado con el modelo neoliberal de Cesar Gaviria Trujillo. Todo ese articulado tan grandilocuente y maravilloso, como nos lo hacen ver, no es si no una falacia, una cantidad de sandeces, que no hacen si no crear “cortinas de humo”, para que las clases hegemónicas de este país se sigan birlando el dinero y se sigan burlando del mismo pueblo colombiano; además de servirle de “controlador social”. [22] Muy similar al canto de sirenas del capitalismo salvaje y su “fuente de la eterna juventud”: el dinero. Es que ese ruego de Calipso, muy similar al cántico de las sirenas de la publicidad (con su capitalismo salvaje), nos hace o quedarnos en la isla de Ogigia o desembarcar en la de las sirenas y “ sentir que esa bebida gaseosa nos hará bellos, que esa crema nos hará jóvenes, que esa bicicleta estática nos hará perfectos, que ese alimento nos hará inmortales” para luego estrellarnos y... ahogarnos. OSPINA, William. Op. Cit. Pag 57. [23] Así también ha sido agitado el mar de la modernidad por un fenómeno que se empezó a generar en las últimas tres décadas ( y no tres días como nuestro héroe Ulises) del siglo pasado: el postmodernismo. Un ingrediente importante en esta ruptura es la aparición de la Internet El filósofo francés Jean-François Lyotard considera que la explosión de las tecnologías de la información, y la consiguiente facilidad de acceso a una abrumadora cantidad de materiales de origen en apariencia anónimo es parte integrante de la cultura posmoderna y contribuye a la disolución de los valores de identidad personal y responsabilidad. Con todo, entiende la multiplicidad de estilos posmodernos como parte de un ataque al concepto representativo de arte y lenguaje, con lo que afirma más de lo que rechaza el modernismo de altos vuelos y allana paradójicamente el camino para su regreso triunfal. [24] En lo que si no ha habido fidelidad es entre el modernismo y la posmodernidad. Parecen un matrimonio irreconciliable muy similar al movimiento pendular: cada uno tira por su lado. Con un titular un poco apocalíptico: “ La modernidad y la posmodernidad: juntos de la mano hacia el precipicio”, la revista Ojarasca de enero del 2000 intenta dirimir este conflicto conceptual entre modernidad y posmodernidad. Veamos algunos apartes. La nueva moda científica consiste en acabar con las modas de la ciencia. Es decir, afirmar que el fin de la sabiduría está cerca y que la humanidad ha alcanzado un nivel de conocimiento tal del que no puede pasar. Es la eterna ley del péndulo con la que se distrae el ser humano: la modernidad consagró a la ciencia, y en concreto al método inductivo y al positivismo como único sistema de aprendizaje y, en lógica reacción pendular, la posmodernidad ha decidido que el cacareado positivismo no sirve para nada. Para ello se apoya en los continuos fracasos de la ciencia que. o bien, sigue planteando más preguntas que respuestas o bien se vuelve contra el ser humano. Los dos extremos del péndulo se manifiestan en dos libros de amplia difusión. El primero corresponde al premio Nóbel de Física, Stephen Weinberg, autor de Sueños de una Teoría Final. El modernista Weinberg vuelve al siglo XIX para explicarnos que la investigación científica está tocando a su fin por la simple razón de que el hombre ha conseguido extraer todos los misterios de la naturaleza o esta a punto de lograrlo. Ni que decir tiene que para lanzar tal aserto se apoya en los dos puntales de la fenomenología moderna: la física cuántica y la nuclear. Sorprendente conclusión, dado que los maestros de ambas ramas, especialmente Einstein, siempre han mostrado una muy loable modestia acerca de la certeza de sus conclusiones. En el otro extremo, pero del mismo péndulo, encontramos la teoría del periodista científico John Horgan, autor de El fin de la Ciencia. Su conclusión es la misma pero por sobrecapacidad de la sociedad no por incapacidad. Para Horgan no podemos demostrar lo que nos queda por saber porque somos incapaces de realizar los experimentos necesarios para ello. Ambos autores dicen lo mismo, pero de forma opuesta. En primer lugar porque limitan el conocimiento humano al método inductivo, despreciando el método deductivo. Las preguntas que se hace el científico o el filosofo moderno son las mismas que se formulaban los griegos de hace 2.500 años, los persas de hace 3.000 o los chinos hace 3.500, y que la historia ha tratado de comprimir en el quienes somos, de donde venimos y a donde vamos. Aun más, despreciar el razonamiento deductivo es anular el pensamiento humano. Hace ya muchos años que Hilaire Belloc afirmaba los siguiente: "Todo pensamiento es deductivo. Oponer la inducción a la deducción es un mero juego verbal; la inducción no es pensamiento en absoluto. La tenemos en común con los animales. Es puro experimento y observación. En rigor, cuando se llega a una conclusión debe ser a través de un proceso deductivo". Es decir, lo mismo que hizo Albert Einstein, aunque intentará, y en parte consiguiera, comprobar parte de su teoría. Pero el gran físico del siglo XX tenia dos cosas a su favor: la espléndida humildad intelectual, que le falta al modernista Weinberg, y la confianza en la razón humana de la que carece el postmodernista Horgan. En: Ojarasca, número 33, enero de 2000 |
sábado, 21 de abril de 2007
Reflexión 5: El último viaje de Ulises
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